lunes, marzo 1

Regreso: Entre la histeria fotográfica y la inundación (sólo) capitalina

Nuevo año de yourblues. Ya decidiré la frecuencia con la cual postearé este año. Todo dependerá de los tiempos libres y las ganas (como siempre).

Por el momento, quería comentar dos hechos que estuvieron rondando por mi cabeza hace unas semanas. La primera hace referencia a un momento específico de mis vacaciones en Puerto Iguazú (Misiones). Una (obvia) excursión que realizamos fue la de visitar las cataratas (tanto del lado argentino como del brasilero). El día en el cual nos tocó recorrer las pasarelas nacionales noté un par de situaciones que perjudicaron mi disfrute ante semejante escenario natural. Por un lado, en casi todos los sectores (pero especialmente en la Garganta del Diablo) había una histeria colectiva basada en griterío y aprietes. El motivo era conseguir una buena toma fotográfica. Como la gran mayoría de las personas (incluidos nosotros) estábamos dentro de un grupo específico (con sus respectivos coordinadores) Por ende, el tiempo para visualizar los saltos eran limitados. Para colmo, el espacio estaba rodeado de fotógrafos que se dedicaban a tomar retratos a toda persona que estuviera por allí, para luego ofrecérsela a un precio algo desorbitado.

El resultado de esta mezcla fue: Griteríos por doquier con el objetivo fotográfico ya mencionado y escaso tiempo para permanecer en el sector (ya que los grupos rotaban). Toda esta descripción me lleva a contar, ahora sí, el hecho que me llamó la atención. Me di cuenta de que cuando llegábamos a cada punto panorámico de las cataratas, casi toda la gente no las miraba con sus ojos, sino que lo hacía a través de la lente de sus cámaras. Quiero decir: Antes de ver con sus propios ojos el imponente espectáculo, enfocaban y disparaban. Luego de unas cuantas tomas, sí comenzaban a utilizar el órgano visual. ¡Ojo! Si bien la histeria fotográfica que mencioné más arriba me molestó bastante, lo que me pareció inusual fue la actitud de acudir primero a la cámara fotográfica en lugar de mirar, en primer lugar, con nuestra propia visión para así determinar si el escenario merecía ser fotografiado.

El otro suceso que deseaba comentar fue el ocurrido hace poco más de una semana. Las lluvias y la inundación. El viernes del diluvio me encontró no en mi Berazategui natal, sino en la Ciudad de Buenos Aires. Afortunadamente no fui afectado por la gran cantidad de agua caída, ya que en el momento del caos estaba mirando los noticieros por televisión. Luego de una media hora de congelamiento intelectual (y de escuchar y ver las mismas imágenes/relatos) mi novia, desde el living, me dice algo parecido a esto: “Parece que la inundación sólo afecta a Capital”.

No es novedosa esta apreciación. Sí lo fue para mí, ya que o bien me encontraba en estado de suspensión mental (son los efectos secundarios no mencionados de la TV) o quizás el hecho de estar ocasionalmente en la Ciudad hizo que olvidara cual es mi real paradero. La cuestión es que comencé a cambiar constantemente de canales/empresas durante el lapso de una hora y era tal como lo describía ella. La lluvia, la inundación, el desborde era capitalino. Algún videograf, algún video de la gente enviado al canal, una mínima mención, era el reporte de lo sucedido en el Gran Buenos Aires. Ni hablar de otras provincias y su situación. Si para estos comunicadores cruzar la General Paz o algún puente limítrofe (Pueyrredón, La Noria, etc.…) sólo es justificado para casos policiales, menos tendremos noticias de aquel interior lejano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

excelente! totalmente acertado en todo lo que decis! tuve que leerlo para indignarme porque al conversarlo en lo cotidiano, no me detenia a pensar! aguante el GBA!!! fuera los porteños!!