lunes, septiembre 28

Conflicto en la ex Terrabusi: La mirada "ajena"

Hay algo que me fascina hacer. Ante cada conflicto laboral con corte de accesos y manifestaciones incluidas, me atrae leer los comentarios de lectores de la edición web de La Nación e Infobae. Sé a lo que me enfrento, por esa misma razón visito estos portales.

Son varias las particularidades que hallé entre tantas opiniones sobre la problemática ocurrida en la antigua fábrica de Terrabusi (actual Kraft). Por un lado, son un tópico los escritos racistas y autoritarios. Creo que fascistas sería el mejor término para describir estas opiniones. Pareciera que para muchos los activistas necesitan ser rubios de ojos celestes para no sembrar la duda de su genuino reclamo.

Pese a lo repulsiva que es esta asociación, me enerva aún más las próximas expresiones. Lamentablemente, un gran sector de la sociedad acepta gustosa ser explotada o recibir magros salarios. Un logro importante que ha conseguido, parcialmente, el sector dominante (ya sea patronal, el gobierno o los sindicalistas adeptos a estos dos) ha sido establecer la noción de que: Hoy en día, lo fundamental es mantener los puestos de trabajo y no reclamar aumentos salariales, ni otros derechos. Por otra parte, el que no acepte esta realidad es marcado como un sin vergüenza. El empleado que discute aumentos de salarios es visto por el que no lo hace como un desagradecido. Y en lugar de replantearse su actitud, el trabajador pasivo se victimiza de esta forma:

* 67marcesassyVer perfil del usuario

25.09.0910:06

* Hagamos nosotros el piquete!! Qué les parece, si el resto del pueblo laburante, el que se banca todos los días llegar tarde al trabajo y correr el riesgo de perderlo, llegar reventado de regreso a la casa y sin ganas de hablar, estar atados de pies y manos y aguantar lo que todo el mundo hace de nosotros, hacemos un gran piquete en contra de los piquetes y vemos quien gana este enfrentamiento. Los piqueteros desconocen la democracia. Democracia es hacer lo que a uno se le da la gana sin molestar al resto, respetando el derecho del otro. Lamentablemente en este país, vivimos dentro del anarquismo, autoritarismo, pero no sabemos lo que es la Democracia.

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1178816#lectores

No es gratuito este comentario. Lo he leído y escuchado muchas veces. Es nefasto el mensaje Pro-servidumbre que se expresa con esta postura. Pero el problema es aún más complejo. Otra victoria, también parcial, del “poder dominante” fue la demonización de los sectores sociales/políticos de izquierda. La sola participación de estos movimientos es percibida por muchos como negativa a priori. Es tal el prejuicio que poco importan los detalles de un suceso. “Es malo. Es caca”, como un nene que recién aprende a decir sus primeras palabras, así se expresan muchos acerca de activistas desconocidos, quienes siempre son los provocadores y violentos. Claro está, los medios ayudan a fomentar esta idea. INFOBAE lo hace de una manera tan ordenada como el ejército nazi que se formaba alineadamente ante su führer.

También cabe señalar que ante estos hechos poco importa el esclarecimiento del mismo. No existen informativos (o programas políticos) que intenten averiguar hasta el mínimo detalles sobre lo que se reclama. En otras palabras, a la prensa no le interesa difundir las razones de los despidos en una fabrica, el porque del vaciamiento de las mismas, si existe explotación laboral, etc.…Sólo es importante conocer que se corta tal ruta o tal avenida y, en título bien grande, registrar (y multiplicar) el mal humor de una ciudadanía afectada por mencionados cortes.

Para concluir, hay otro “consciente colectivo” que me provoca rechazo. Imagino que muchos podemos recordar que cuando éramos chicos $10 era un dinero importante. Luego, crecimos y a esos $10 le sumamos un cero. Actualmente, como bien dice el dicho popular, “$100 no valen nada”. Basta con hacer una visita al supermercado y comprar entre cinco y diez elementos, y despedir al billete de Roca. ¿A que voy con todo esto” Da pena leer este tipo de comentarios (enmarcado en una nota sobre el paro en el subte):

jdd1950

25.09.0907:18

¿Sin causa? ¿Sin causa? Son unos degenerados...cobran 6 lucas, laburan 5 horas por día...cuiden sus laburos...en subtes de otras partes del mundo hay menos empleados (por ejemplo los boletos se expenden por máquinas). Encima están limpios y son amables. Son unos degenerados y no saben valorar el flor de laburo que tienen.

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1178815#lectores

Otra vez la instalada pasividad y rechazo a quien pretende reclamar. Está muy difundido también un pensamiento que reza: “Esta gente que gana tres o cuatro mil pesos por mes protesta. Yo no llego a fin de mes y no digo nada”. En lugar de plantearse la posibilidad de que se puede luchar y conseguir algo (en este caso salarios dignos), se denigra a quien lo hace y se intenta nivelar para abajo, victimizando su propia situación, y denostando a quien pudo salir de esa realidad. Para colmo, es tanta el menosprecio por sus trabajos que consideran que cuatro o cinco mil pesos mensuales es un sueldo de un burgués.

Imagino que en todo este escrito ronda la sombra del individualismo imperante, ese espectro que se funda en la mirada al costado, en las editoriales periodísticas que hacen foco en “el caos del tránsito por un problema ajeno y tantas otras cosas que son inabarcables para un post fugaz.

Foto 2: Tomada de Taringa

Foto 3: Tomada de La Voz del Pueblo

domingo, septiembre 20

Taken By Trees (Open Field)

Creo que he encontrado una voz desconsoladamente hermosa. De esas que lo movilizan a uno, llegando a sentir ternura y preocupación por ese tono tan dañado, tan desprotegido. Victoria Bergsman fue durante un buen tiempo cantante del grupo pop The Concretes”. Yo sabía algo al respecto, si bien nunca escuché ningún disco del conjunto oriundo de Suecia. Lo que sí intenté fue bajarme la última producción del nuevo proyecto de Victoria, llamado “Taken by trees”. La obra se llama “Easte of Eden”, pero, equivocadamente lo que descargué fue su álbum debut, titulado “Open Field”, y la verdad, fue unos de los errores más gustosos desde hace mucho tiempo.

Victoria Bergsman ya derrite el corazón con el track inicial (“Tell me”), aclarando que no desea estar sola sin una mano a la cual sujetar. Ella sólo puede ver con sus ojos que le fueron dados hace mucho tiempo atrás. Tristeza pop, con pequeñas melodías austeras, dulces y melancólicas. Belle & Sebastian es una referencia esclarecedora para imaginar el sonido de “Open Field”. Sólo que en este caso, los lamentos no son expresados por un irónico muchacho (Stuard Murdoch), sino que es una chica a quien se la nota compungida. Los pequeños quiebres de su voz provocan escalofríos. Lo prueba “The Legend”, historia legendaria sobre una mujer que nunca vio el amanecer, y cuando lo hizo por primera vez, cayó muerta. Cabe volver a recalcar que las canciones de “Open Field” son pequeñas elaboraciones artesanales, muy cuidadas, con una tímida guitarra en una pieza o un piano desolador en otra. “Lost and found” escapa de esta estructura e incorpora varios elementos en conjunto para transformarse en una de las melodías más optimistas. Eso sí, con una letra igual de conflictiva que las demás.

Los diez temas que integran el disco dejan un sabor tan dulce en la boca que es necesario dosificar su consumo y así no terminar rechazándolo ante tanto almíbar. Por ahora, afortunadamente no me ha pasado, pero uno nota esta condición ante obras tan bellas. Más allá de que todas las composiciones son gustosas, “Only yesterday” y “Too young” ganan mi corazón. Ambas por el mismo motivo ya explicitado anteriormente. La voz, el dulce registro de Victoria para decirle a su amor que lo extraña tanto, a pesar de que fue ayer cuando se besaron. O si no, en “Too young”, canción que realmente me hace dudar sobre la condición humana de alguien que escuche a Victoria Bergsman sin emocionarse mínimamente, ante su inflexión lastimada y desoladora que aconseja: “Deberías crecer con fuertes latidos en tu corazón, para que te acompañen en momentos de miedo y soledad”. “Open Field” se retira silbando bajito y con coros pastoriles a cargo de “Cedar Trees”, su último tema.

Seis días pueden ser olvidados fácilmente. Sin nada importante para recordar. 34 minutos también uno los puede invertir en pasatiempos insignificantes frente a una TV, PC o persona. Victoria Bergsman nos regala una obra exquisita, la cual le tomó seis días elaborarla y que dura tan sólo 34 minutos. Delicadeza y emoción en pequeños retazos perdurables.

martes, septiembre 15

Jens Lekman & El Perro del Mar, en La Trastienda

Las últimas dos ediciones del Nuevos Aires Folk fueron muy íntimas gracias a los recitales de artistas oriundos de Suecia, llámese Jens Lekman y el proyecto unipersonal de Sarah Assbring, titulado “El perro del mar”. Si bien las dos presentaciones fueron hermosas, hay un elemento en común que me molestó bastante. Antes de hacer foco sobre esta cuestión, es necesario recalcar que tanto el show de Lekman (19 de junio) como el del Perro del mar” (13 de septiembre) fueron de mi agrado. Por el lado del cantautor, sus melodías cálidas, deudoras de un combo entre Belle & Sebastian” y The Magnetic Fields” y otras resonancias más relacionadas a un pop símil “Abba”, endulzaron la totalidad de La Trastienda. Su sentido del humor más los delicados movimientos sumaron al disfrute del recital. Por su parte, Sarah Assbring (“El Perro del mar) conquistó con la fragilidad de su voz y las canciones en clave Folk-Pop, un tanto inocentes, otro tanto angustiosas. Hubo momentos en los cuales el registro vocal de Sarah detenía el tiempo y erizaba la piel con su desconsolado canto.

¿Y donde está la queja? Básicamente, mi enojo se centra en la ausencia de una “banda” en la presentación de estos dos autores. En ambos conciertos, los dos músicos estuvieron acompañados por otro colega (no recuerdo sus nombres) que: o bien tocaban una segunda guitarra (eléctrica, en “El Perro del Mar”) o disparaban efectos desde una laptop (Jens Lekman). Sería exagerado afirmar que esta condición afectó significativamente el desempeño de los artistas escandinavos. No obstante, sí es válido asegurar que esta realidad limitó en parte el desarrollo de la obra reproducida en vivo. En un plano más duro, fue bastante vergonzante oír-ver un silencio de Jens Lekman, quien daba lugar a una sección de violines (programados), como si se tratara de un momento “especial”. Se extrañó horrores (en las dos noches) una batería y bajo reales. Y, especialmente, en la exposición de El Perro del Mar” los sonidos más añorados fueron los oriundos del piano, instrumento que hace brillar a su último disco “From The Valley To The Stars”. Sería una pena si esta situación se transformara en una constante para este tipo de recitales.

Foto Jens Lekman: De la galería de Sunshine

Foto El Perro del Mar: De la galería de JJX

lunes, septiembre 7

Lambchop: Lo artesanal

Fino es una palabra usada generalmente de manera despectiva. Se la utiliza, en muchas ocasiones, para describir modales de una clase alta, que se preocupa por los mínimos detalles estéticos (“finoli”). No obstante, creo que es uno de los mejores adjetivos para calificar la obra de Lambchop, grupo norteamericano que ya lleva unos cuantos discos editados. El cálido registro de Kurt Wagner se compara con la mejor seda existente, mientras que los diferentes instrumentos tienen en su fin crear piezas tan melancólicas como bellas.

Es muy extraño lo que me sucede con las canciones de Lambchop. Si bien recuerdo sensorialmente varias de ellas, en general, no las logro retener. A veces percibo a todas sus piezas como variaciones de una misma melodía. Esta apreciación que podría ser una crítica negativa no lo es en absoluto, ya que este extraño efecto es propio de una creación en búsqueda de la perfección estilística.

Por otra parte, cabe señalar que este grupo no acepta ser oído por escuchas impacientes. Lambchop desarrolla toda su calidad lentamente, degustando los diferentes sonidos de manera pausada. En otras palabras: No esperen melodías ligeras, fugaces. Lambchop es aquel número 10 que hace jugar a todo el equipo. Te lleva para acá, para allá. Y cuando menos lo esperás, estás envuelto en sus garras.