martes, enero 18

Cuatro al hilo

Este post miente con la fecha de publicación, pero con un noble fin. Hoy es 21 de enero, pero el pasado martes 18 el blog ha cumplido su cuarto año y no he podido reseñarlo ya que tuve problemas de conexión. Noto que los comentarios [y las visitas] han mermado significativamente, así como la frecuencia de los post. Para sacarme la curiosidad [y para utilizar una nueva herramienta] propongo que contesten la encuesta que aparece al costado derecho del blog. La pregunta es sencilla: ¿Seguís este blog? Objetivo: Con unos 15 seguidores me conformo.

¡Saludos y buenas vacaciones!

viernes, enero 14

Trish Keenan: Cuando una voz se va…

Queda una angustia extraña, inentendible. No conozco personalmente a Trish Keenan, es más, hace unos meses me aprendí su nombre. No obstante, sí conozco su música desde hace unos cuantos años, en una época en la cual mi apetito musical se nutría y se formaba vertiginosamente. Su banda, Broadcast, formó parte de ese comienzo musical.

Recuerdo haber escuchado [y grabado en cassete] “Colour in me” y “Before we begin” en un programa de la Rock & Pop, llamado “Mal elemento”. Quedé fascinado con esas dos canciones. La voz de Keenan me atrapó por completo y sus dulces melodías me provocaban una sensación tan agradable como la que siente un niño al ser impulsado desde una hamaca. Así fue como conocí el disco “Haha Sound” en el 2003 y me convertí en un fiel seguidor del grupo, conociendo los diversos sonidos de una banda tan experimental como melódica, gracias a los registros de una voz angelical que funcionaba como puente entre la improvisación electrónica y las canciones de cuna.

Imagino que lo detallado explica esta sensación ridícula de sentir una tristeza [efímera, pero tristeza al fin] ante la muerte de alguien que no conocí en persona. Aunque también podría decir que sí la conocí, materializada en archivos mp3 y expresada a través de unos parlantes o auriculares. En fin, creo que es un día triste para la música. Que descanse en paz.

martes, enero 4

50 Discos del 2010: 10-1

Final de esta lista interminable. Se hizo insoportable, para ser sincero. Y se nota mucho en la mayoría de los escritos. No obstante, poco importa, ya que lo hice por dos motivos: Uno, para recordar con cariño mi año musical y, por otra parte, para que algún oyente, mediante los temas que colgué, descubra nuevos sonidos.

10) Laura Veirs: July Flame

Laura Veirs es una compositora que mezcla folk con melodías pop y, en algunos pasajes de sus obras, sonidos country. Con "July Frame" ha vuelto a sus mejores momentos de inspiración, con baladas que podrían sonar eternamente y seguirían provocando la misma emoción. La voz de la artista estadounidense acompaña las suaves composiciones y las canciones fluyen de manera natural. No hay mucho para decir. Sí mucho para escuchar.

09) Picastro: Become Secret

Cuando escucho a Picastro pienso en que son los espíritus de los fantasmas quienes cantan y componen las canciones que integran "Become Secret", ya que es demasiada la angustia expresada para tratarse de un ser humano. Para llegar a tal sentimiento, el grupo estadounidense se vale de un piano que sólo acepta notas densas y terroríficas, violines que cierran las cortinas para no dejar entrar ni un haz de luz y una voz que ha perdida la fe en la humanidad hace mucho tiempo.

08) The Books: The Way out

Sin lugar a dudas, el mejor disco, hasta la fecha, de The Books, grupo para el cual la electrónica es un elemento más de la ciencia y que puede ser mezclado con varios componentes. De esta forma, y sin transformarse en un mero pastiche, las canciones de la banda estadounidense son compendios de sonidos sampleados, frases de personajes, melodías inquietas. Afortunadamente, The Books hn logrado condensar todos estas descripciones dentro de “canciones” para así crear “cuerpos” y no partículas dispersas como sucedía en sus trabajos anteriores. Gracias a esta nueva circunstancia compositiva, podemos disfrutar de desvaríos sonoros en clave folk, pop, electro y muchos otros sonidos inclasificables.