lunes, junio 30

Vacaciones

Más allá de que este año se las hayan alejado del deseo natural del trabajador, tirándolas para agosto, este blog se toma el mes entero para descansar y replantear su existencia. Cualquier relación del cierre (temporal) del blog con el paisaje desértico en los coments o visitas es pura coincidencia!...... Para darle un toque emotivo, más abajo se puede escuchar un tema que considero el más bellamente melancólico que haya escuchado alguna vez. ¡Saludos(a quién lea)!

lunes, junio 23

Pena de muerte. parte 2

Segunda, y última parte, de la nota sobre la pena máxima, ejecución a la que se aproxima este blog, debido a sus magras visitas y/o coments. Ja!

Temas Abiertos

Motivos que impulsan el abolicionismo o retencionismo

Desde hace mucho tiempo que la implementación o derogación de la pena de muerte no se define a través de una debate social que indique qué posición tomar. En la mayoría de los casos en los cuales se anuló la medida, la clave de tal convenio fue influida por gobiernos predecesores dictatoriales y represivos. Por otra parte, si bien son pocos los territorios donde se re-implantó la pena capital, el tema surge cada vez que se producen un número importantes de situaciones violentas en un breve período de tiempo.

Otro fundamento para tomar posición se basa en los beneficios políticos y económicos que los países pueden obtener. Claro ejemplo son las naciones de Europa, que debieron abolir la pena de muerte para ser integrantes tanto del Consejo Europeo como de la Unión Europea.

Fundamentos que apoyan a la pena de muerte (y sus contestaciones)

Punto a favor:

*Razón de justicia: Esta idea se sustenta, por un lado, por fundamentaciones religiosas, cuya máxima expresión se encuentra en el Antiguo T

estamento, como puede ser la Ley del Talión: “Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente”. También cabe d

estacar que las penas deben tener como base la necesidad

de expiación. En definitiva, el castigo supremo siempre ha estado presente en la sociedad.

Por otro lado, se fundamenta en las Teorías Absolutas de la pena, cuya máxima era la pena justa. Estas teorías se basan en la libertad e igualdad naturales de todos los hombres. Por lo tanto, cuando un hombre comete un delito, se ha de retribuir al autor del delito con una pena equivalente al mal que ha ocasionado.

Refutación

*Desde el punto de vista religioso, el filósofo Albert Camus apunta que si bien es cierto que en el Antiguo Testamento se profesan ideas tales como la Ley del Talión, “se trata de un sentimiento, particularmente violento, no de un principio. El Talión pertenece al orden de la naturaleza y del instinto […] Si el crimen pertenece a la naturaleza humana, la ley no pretende imitar o reproducir tal naturaleza. Está hecha para corregirla”.

Con respecto a la Teoría Absoluta, el penalista Roxin sostiene que aplicando mencionado principio, al mal delito se le suma el mal de la pena. El jurista Mir Puig también aclara que no es propio de un estado moderno la aspiración de la justicia absoluta, debido a que el Estado mantiene una clara distinción entre moral, religión y derecho. Por último, el sociólogo Homans, con su Teoría del Intercambio, afirma que quizás bajo el supuesto de la realización de justicia, se esconda el placer que produce el intercambio de castigos.

Punto a favor

*Utilidad Social: A diferencia de las

Teorías Absolutas, que

respondían al interrogante de porqué castigar, las Teorías Relativas, responden al para qué castigar. Dentro de ellas, se haya las máximas de Prevención General que se basan en la idea de crear ciertas contra motivaciones en los transgresores potenciales. Es decir, dotan la pena de un carácter disuasorio e intimidatorio. Si el individuo es racional, y hace un balance sobre las ventajas y desventajas de cometer un crimen, la pena de muerte evitaría que el delito tuviera beneficio alguno.

Refutación

*Es clara la postura de quienes sostienen y prueban la capacidad educacional que el hombre posee. Según el antropólogo Ashley Montagu “la característica más destacada de la especie humana es su educabilidad, el hecho de que todo lo que sabe y hace como ser humano ha de aprenderlo de otros seres humanos”

Punto a favor

*No existe riesgo de sentenciar a un inocente: La existencia de garantías jurídicas, tales como las apelaciones, la revisión obligatoria de la sentencia de muerte, impide que se condenen a inocentes.

Refutación

*Se afirma que si bien los errores judiciales son cada vez menos frecuentes, hay riesgos de condenar a un inocente. Pero además, con el agravante de que en el caso de la pena de muerte no se pueda compensar al sujeto por error.

Conclusión

El tema es un arduo intercambio ideas. La opinión pública, según la encuestadora Gallup, señala que la postura mundial en el 2002 era de un 52% a favor de la pena de muerte. Segmentados por continentes, los resultados varían de manera significativa: El apoyo masivo a la máxima capital se encuentra en América del norte (66%), en Asia (67%), y en Europa Central y del Este (60%). Por otra parte en África es equilibrado el acatamiento (54%). Por último es Latinoamérica (37%) y Europa Occidental (34%) los lugares menos acogedores con la pena de muerte.

Las posturas están divididas. Las formaciones culturales, los contextos políticos y un sinfín de razones más influyen en la ideología personal sobre esta polémica medida. Más allá del lineamiento que se tome, es necesario reflexionar sobre el lugar que cada uno le sitúa al Hombre. Que fines (sean utilitaristas o no) se le infunden, y que concepción de su dignidad se tiene. Cuál es su valor supremo (la vida o la libertad) y bajo que elementos se le puede condenar. Por otra parte es insoslayable precisar qué fundamentos se le confieren al Estado para terminar con la vida de un ciudadano, ya que al ser una medida terminal, no existe la compensación ante una posible falla.

lunes, junio 16

Pena de muerte. parte 1

Continúo con una de las notas de la revista anteriormente citada....En este caso, una discusión (social no constitucional) bastante compleja, como lo es la pena de muerte. Como es algo extensa la nota (para el blog), va dividida en dos partes.

Temas Abiertos

Actualmente, en la mayoría de los países, la pena de muerte no es utilizada como castigo a quienes infringen la ley. Sin embargo, con EE.UU. y China como máximos exponentes, aún existen diversos estados que continúan ejecutando la pena capital. ¿Cuáles son los fundamentos de quienes están a favor de la máxima condena? ¿Cómo son rebatidos por quienes pugnan por un abolicionismo? Haciendo un breve repaso histórico, detallamos los orígenes, las causas y las opiniones sobre esta medida tan discutida a nivel social.

Historia

La ejecución consensuada como justo castigo a quién rompe determinados preceptos pareciera tener origen desde la misma existencia del hombre, ya que se presume que las tribus aplicaban el sistema mortal a extranjeros que cometían alguna falta. No obstante, los conflictos ente tribus comunitarias no eran solucionados con sangre, sino que las vías de resolución elegidas eran las del repudio, las compensaciones o unas simples disculpas. La tortura y la consecuente muerte, aparece como instrumento legal en el Imperio Romano, según el escritor Ricardo Rodrigues Molas en su libro “Tortura, suplicios y otras violencias”. Es durante este período en el cual La ley del Talión empieza a ser puesta en práctica (el famoso “ojo por ojo, diente por diente”). Esta disposición, si bien presentaba características virulentas, también ponía un freno a los castigos desmedidos. Luego, se produce una vuelta hacia los castigos incontrolables cuando aparece el Santo Oficio de la Inquisición, organismo eclesiástico que unió el derecho penal con la religión, y la pena con el pecado. De esta manera, las prácticas que se empleaba contra el hereje (de índole religioso mayoritariamente, pero también político u social) eran extrajurídicas y, actualmente, consideradas como inhumanas. Ya por ese entonces, las primeras voces en contra de esta medida iban apareciendo, como la de el sefardí Maimónides, quién argumentaba que ejecutar a un criminal, basándose en cualquier fundamento, menos en la certeza absoluta, daría origen a que se termine condenando a muerte “de acuerdo con el capricho del juez”. El teólogo judío también sostenía que eran mucho más dañinos los errores cometidos por comisión que las fallas por omisión; por ende “es mejor y más satisfactorio liberar a un millón de culpables que sentenciar a muerte a un solo inocente”.

Una vez acabado el Santo Oficio, y producto de los incipientes progresos de los Estados-Nación, las estructuras jurídicas comienzan a eliminar la pena de muerte para los delitos menores. Cierta discusión empieza a plantearse en torno a qué reprimenda puede ser considerada justa, ante un crimen. El filósofo francés Jean-Jacques Rousseau sostenía que “Todo malhechor, atacando el derecho social, se convierte en rebelde y traidor a la patria […] La conservación del Estado es entonces incompatible con la suya; es preciso que uno de los dos desaparezca” Por otro lado, Voltaire afirmaba que el máximo castigo podría haber cumplido una función en el pasado, pero que una vez acabado el fin que la pena proseguía, ésta debía ser depuesta. Más enérgico con la posición abolicionista lo fue el jurista, literato y filósofo Cesare Beccaria, quién en su obra “De los delitos y las penas”, desarrolló la inutilidad que conlleva la mortal punición, basándose en que esta providencia no cohibía a los criminales, ya que en ellos no se realizaba una analogía entre su delito y la pena, debido a la imposibilidad del mal viviente de presenciar el juicio. También, Beccaria abogaba por la derogación de la pena capital fundamentándose en que se comete una violación al principio de indisponibilidad (la vida le pertenece a Dios) y al contrato social, ya que éste, en teoría, boga por la protección del ciudadano, no su destrucción. Si bien durante el siglo XIX y comienzos del XX una nueva conciencia reinaba en muchos lugares del mundo, a favor de extirpar la pena de muerte, las guerras mundiales y otras contiendas traumáticas para la sociedad, causaron que el avance de los abolicionistas se estancara. Gobiernos dictatoriales utilizaron la pena capital con fines políticos, mientras que los “elegidos” de los estados democráticos lo fueron, entre otros, genocidas (Ej. Jefes nazis ejecutados).

Actualidad:

Una vez concluida una de las guerras más sangrientas de la historia de la humanidad, diferentes organizaciones comenzaron a ejercer presión sobre los estados para que supriman la pena de muerte, sin ninguna excepción. Algunas de estos grupos son “Human Rihgts” o “Amnisty Internacional”. Otros organismos, como las Naciones Unidas, también postulaban principios flexibles. Desde finales del siglo XX ha comenzado un espiral abolicionista que si bien presenta dos retrocesos (90´-91´ y 95´-96´), no perjudican el avance general de esta postura, ya que entre 1980 y el 2007, fueron 50 los países que cambiaron su parecer, y decretaron lo ilegítimo de la pena capital.

En el gráfico, (hagan click sobre él, para verlo de manera más nítida) se puede observar la distribución de países entre; Los que anularon la pena de muerte para todos los delitos, los que sólo la mantienen para crímenes en tiempos de guerra, los que la fomentan jurídicamente pero no en la práctica y los que la aplican para delitos comunes. Es notorio el amplio apoyo que recibe la pena de muerte en varios países africanos y asiáticos. En referidas naciones, los delitos que merecen la ejecución pueden variar desde asesinatos, espionaje, traición, delitos sexuales, conversión religiosa, narcotráfico, comercialización de personas y corrupción política, entre otros. Según Amnistía Internacional, en el 2004, la República Popular de China eliminó, al menos, a más de 3.400 ciudadanos, lo que representó en ese año más del 90% del total mundial de condenados a muerte. El año pasado, en China se implementó un método por el cual el Tribunal Supremo de Justicia debía revisar todas las condenas capitales, hecho que originó una baja de los ajusticiados en el 2007. Sin embargo, las 470 ejecuciones estimadas por AI son un número inseguro, debido a que se sospecha que se suscitaron mortificaciones ocultas. Esta hipótesis es sustentada por la decisión del gobierno chino de no brindar información oficial sobre la cantidad de gente ultimada por el Estado. Irán (317), Arabia Saudita (143), Pakistán (135) y los Estados Unidos de América (42) son los cuatro países que acompañan a China como máximos empleadores de la pena de muerte, aunque es necesario resaltar, una vez más, que los datos correspondientes son estimados, debido a la falta de testimonio por parte de los estados (a excepción de EE.UU.) Europa se muestra, de manera clara, como el continente que ha desistido de esta práctica de antaño. Sólo Bielorrusia la aplica para delitos comunes. Mientras tanto, en América se puede ver cómo los estados del Caribe junto con los Estados Unidos son los máximos exponentes del mantenimiento de la pena capital.

lunes, junio 9

Entrevista a un ex presidiario

Existe una revista sobre el comportamiento humano en sociedad. Por ahora, simplemente funcionó como un buen trabajo práctico para el instituto, ya que existe un único número y tan sólo cinco ediciones. Quizás más adelante, esta publicación sea regular y con más ejemplares. De ese "número 0", extraigo una entrevista a un ex- convicto, quién, gentilmente, tuvo la amabilidad de invitarme a su casa y contarme sus particularidades.

Historias de vida

A veces el ser humano necesita tropezar más de una vez con la misma piedra para entrar en razón. Llegar a un punto de sufrimiento para poder valorar los pequeños (y grandes) momentos que la vida regala. Juan tiene 33 años y ha pasado la mayor parte de su vida adulta en prisión, debido a una serie de delitos que comenzaron cuando tenía 14 años y que fueron creciendo en cantidad y calidad de acuerdo con sus necesidades temporales. Hasta que llegó un momento en el cual los robos se volvieron temerosos no sólo para las víctimas sino para el mismo Juan, quién entró en un espiral delictivo inconsciente y auto-destructivo. Muchos años en prisión y varias experiencias traumáticas fueron parte del calvario mental que el ciudadano nacido en Claypole (Provincia de Buenos Aires) tuvo que afrontar. Tormentos que, actualmente, parecieran ser el motivo por el cual Juan quiere comenzar una nueva vida, y así dejar atrás tantos años de penas.

¿A que edad comenzaste a robar?

“A los 12 años. Pasaba necesidades...Por ejemplo necesitaba unas zapatillas y me dejé llevar por el impulso. Me vinieron a buscar unos amigos y me dijeron: ´´ Mirá. Allá hay una gallina...tiene pollitos...La agarramos y la vendemos...´´ Eran centavos los que nos daban...y así empezamos...Por mi cabeza sólo se me pasaba ir a robar y conseguir rápido lo que quería...Todo lo que veía lo agarraba....Llegó un momento en el cual tuve miedo, porque ya era demasiado...

¿A que edad comenzaste a robar?

“A los 12 años. Pasaba necesidades...Por ejemplo necesitaba unas zapatillas y me dejé llevar por el impulso. Me vinieron a buscar unos amigos y me dijeron: ´´ Mirá. Allá hay una gallina...tiene pollitos...La agarramos y la vendemos...´´ Eran centavos los que nos daban...y así empezamos...Por mi cabeza sólo se me pasaba ir a robar y conseguir rápido lo que quería...Todo lo que veía lo agarraba....Llegó un momento en el cual tuve miedo, porque ya era demasiado...

La primera vez que caíste preso,¿Cuántos años tenías?

“14. De ahí en más siempre volvía a prisión dos o tres veces en la semana. Iba, salía, entraba, salía...No le daba importancia...”

¿Y con respecto a tu familia? ¿Con quién vivías cuando eras chico?

“Vivía con mi madre, con mi padre...pero yo me sentía de menos (sic)...me sentía perdido...Por eso te digo, todo empezó por unas zapatillas, luego un coche, una casa...Llegó un momento en el cual ya no me importaba nada...”

El tiempo no sólo transcurría para Juan y sus nuevas “necesidades”, sino que también para la justicia. El otrora adolescente y sus hurtos menores le dejaron paso a un adulto con ambiciones más grandes. Pero la manera de conseguir los nuevos objetos, esta vez, no iba a traerle un breve paso por las celdas, sino una marca para toda la vida. A los 21 años cayó preso y tuvo que cumplir una condena de 6 años que si bien fue el período mayor en la cárcel, no fue suficiente para lograr encauzar la vida de Juan. Al salir de Olmos, continuó con sus métodos delictivos que lo alejaban aún más de la redención. No obstante, los seis años encarcelados fueron la semilla que inició una paulatina reflexión sobre la vida que estaba llevando.

“Fue muy duro el tiempo vivido en Olmos. La única asistencia que tenía era el abogado, nadie más. Quizás una o dos tarjetas telefónicas que mi mujer me mandaba, 20 pesos...Pero sobrevivía con eso...Un papa, una cebolla, un pedazo de carne...Un pulso, dos pulsos, tres pulsos...Pero yo vivía...Así que de hambre...a mi no me pueden decir ´´ yo tengo un hambre ´´, porque no tenés hambre. Saliste de tu casa, te tomaste un mate, no podés tener hambre ahora. Por otra parte, también fue muy duro el estar preso con mis dos hermanos...Uno murió dentro de la cárcel y el otro a los tres meses que recuperó la libertad. Es muy feo mirar de una ventana a la otra y ver a tu hermano...Luego ver afuera a tu madre, tu mujer, tu hijita que está creciendo...Cuando estaba en la cárcel, mis compañeros me preguntaban cómo era mi nena y yo les decía que era así (sube la mano a metro y medio), y ellos me decían ´´ No Juan. Un año es la altura de una mesita...´´. Yo me la imaginaba grandota (sic), hablaba por teléfono y ella me decía que jugaba, que le regalaron un triciclo, todas esas cosas...Y yo me preguntaba ¿porque no puedo ver todas esas cosas...? A ella la vi caminar en la cárcel...Llega un momento que te cansa...”

¿Y cuál es la motivación que te hace intentar cambiar de rumbo?

“Es una consecuencia de tantos años de sufrimiento. ¿De que sirve tener 100, 200, 300 si hoy los tengo y mañana no? Tenía que lastimar a otro para tener algo. O le tenía que sobrar a otro para poder ganarlo. Joder a otro para comer...molestarlo...Vos por semana dame tu bolso, vos por semana dame tu remera, tu pantalón... ¿Pero con que necesidad? A eso voy. Yo me adaptaba al ritmo ese. Ahora lo que valoro es lo que gano trabajando...el otro día le decía a mi señora: ´´Sabés Marta, que se fue toda la plata...compré comida, leche, cigarros ´´, y eso yo lo siento. Antes no me importaba porque no era mío...Lo que antes gastaba en un día, ahora me dura una semana. Mirá que diferencia hay...”

Marta es la mujer de Juan. Ambos son padres de una nena de dos años que ya fue mencionada en la entrevista. Mientras Juan iba narrando la forma en la cual debe aclimatarse a las nuevas realidades económicas, su esposa aportó un concepto clave con respecto a la noción de “tener y no tener” que Juan, valga la redundancia, no tuvo. La señora de unos 40 años explicó lo fundamental que es hacerles entender a los chicos que hay determinados objetos de deseo que, o bien se necesita cierto esfuerzo y paciencia para conseguirlos, o, en el peor de los casos, aceptar que, momentáneamente es imposible poseerlos. Referido entendimiento puede resultar muy costoso y más aún cuando se tratan de necesidades básicas y no meros artículos de entretenimiento.

La mirada de los demás

Siempre se ha remarcado, con buen tino, la discriminación que reciben los ex convictos en su intento de re-inserción a nivel laboral y social. El tiempo estado en prisión no sólo se vuelve un martirio dentro, sino que, una vez afuera, la mirada de los demás puede transformarse en nuevas condenas, esta vez, morales. Pero Juan se desvía de los casos comunes. Su capacidad autocrítica hace que reconociera que era él quien se apartaba, ante el temor de tal juzgamiento social. Una especie de coraza emocional que se anticipaba a potenciales acusaciones.

¿Cómo fue el trato que recibiste de la gente, al salir de prisión?

“Yo estoy agradecido. Porque a pesar de estar tanto tiempo solo, que venga alguien a decirme ´´ ¡Hola Juan! ¡Saliste!´´, me ayuda mucho. Al principio a mi me costaba mucho salir de casa. Por ejemplo, Marta me decía ´´ ¿Por qué no vas a buscar trabajo?´´...y yo no iba porque pensaba que me iban a discriminar por haber estado preso...Pero eso fue porque aún llevaba una mala vida...No quería cambiar, no quería hacer nada...”

¿Y ahora estás trabajando?

“Sí, en una obra en construcción...y laburo de seis de la mañana a seis de la tarde...”

Me imagino que el dinero no es el mismo que ganabas antes…

“Imaginate...de tener $ 500 al día a tener $240 por semana...Pero es un cambio que me ofrece estar en mi casa tranquilo...Duermo, miro la tele, escucho música, estoy con mi hija...Son cosas que antes no las hacía...Tenía 100, lo gastaba, tenía 200, lo gastaba...No valoraba el dinero.”

¿Y como fue el terminar con algunas amistades negativas para empezar a trabajar?

“Yo conozco a pibes que, ahora, paso y los saludo...no más...Yo sé que hacen, que no hacen, pero a mí no me importa. Me gustaría que ellos piensen lo mismo que yo. Cuando empecé a trabajar me daba vergüenza cruzarlos...Cuando los veía, me preguntaban: ´´ ¿Que andás haciendo, Juancito?´´, y yo les mentía. Decía que acababa de hacer un “laburo”, cuando en realidad me había roto el lomo toda la semana trabajando

Marta, desde un rincón, vuelve a acotar con frases elocuentes. Esta vez narra una pequeña anécdota que tuvo lugar hace unos días. Con el propósito de profundizar la inversión mental de Juan, escondió el reproductor de Dvd que su marido había comprado con uno de sus primeros sueldos. Su intención era simular que el Dvd había sido robado. Para dicho fin, se valió de una costumbre que Juan tiene cuando sale de su casa, que es la de no cerrar la puerta. Fue así como Marta actuó un falso hurto para ver de qué manera respondía su esposo. La reacción de Juan fue perpleja. Una bronca paradójica, ya que el enojo se mezclaba, ineludiblemente, con sensaciones de culpa y entendimiento del lugar que ocupa la víctima. Lugar que durante mucho tiempo, él le propició a un gran número de personas. El camino que Juan ha iniciado es incipiente. Deberá sortear un sin números de tentaciones del pasado, y transformar estas primeros meses de cambio en una normativa. Él mismo reconoce esta situación cuando dice que: “La otra vuelta estuve sin laburo tres días. ¿Sabés que me iba a ir a robar y me dio miedo? No tenía un mango y no robé... ¿Sabés porqué? Porque me daba miedo de volver al mismo lugar...volver a pasar el mismo sufrimiento…Pensaba: “No...mi hijo...No...la Marta (sic)...No...mi casa...No...mi vida” Me dio miedo...Me agarró una sensación que me decía ´´ volvete´´.

Con la ayuda de sus familiares más cercanos y, principalmente, con su propia voluntad, Juan podrá lograr el giro de 180º del cual tanto habla. Será una inmejorable posibilidad de poder aplicar el concepto oriental que une a las crisis más extremas con la posibilidad de cambio.

lunes, junio 2

White Hinterland: "“Phylactery Factory"

Siempre genera atracción una chica que produce canciones, las canta, toca delicadamente el piano y se anticipa al invierno, creando resonancias inestables, que abarcan desde el jazz más oscuro y desolado, hasta otras más livianas y cercanas al universo pop. Se llama Casey Dienel y es oriunda de Boston (EE.UU), y si bien colaboran con su proyecto diversos músicos estadounidenses, ella es el alma máter de White Hinterland, grupo en el cual desarrolla sus diversas composiciones. ¿Influencias? Se podría citar a los inicios de Regina Spektor, un aura propia de Joni Mitchell o cierta fragilidad en la voz símil Joana Newson. Pero más allá del apego a las artistas mencionadas, Casey Dienel emite sus propias emociones y finezas, con una gran gama de canciones que mantienen cierta unidad melancólica e intimista. The Destruction of the Art Deco House” inicia el segundo disco de la banda, titulado “Phylactery Factory”. En “The destruction….”, la voz de Dienel va dando pequeños saltos, intentando evitar los retorcidos arreglos de cuerdas que sombrean al tema, junto con un tenso piano, de un color profundo y angustiante. Nada mejor que las sorpresas. Siempre arrancan una sonrisa. Esta situación ocurre con el segundo track del álbum, ya que al finalizar “The destruction….”, al oyente le puede causar una sensación muy agradable escuchar “Dreaming of the plum”, quizás la balada más alejada del ambiente en general que “Phylactery Factory” crea. A mitad de camino entre pequeños ritmos provenientes de la bossa-nova y un jazz de salón, “Dreaming of the plum” destila finos y entusiastas sonidos. El jazz-pop inocente y ameno tendrá un breve y agradable recorrido por las siguientes dos melodías. “A beast washedHometown Hooray” y “Lindberghs + Metal Birds”.

Pero “Phylactery Factory” comienza a cambiar de rumbo con “Calliope”, una canción conducida por cuerdas, piano y teclados, pero, principalmente, diseccionada por la voz de Casey Dienel quién canta sobre el límite de la quebrantes. Tanto en “A Beast Washed Ashore”, “Napoleon at Waterloo” y “Hung on a Thin Thread”, la taciturna temática se repite. Es Dienel y su piano entristecido. Es ella y el clishé que significa pasar una tarde gris mirando el paisaje que refleja la ventana. Es ella y una lágrima que recorre por su mejilla.

Cuando el último lamento termina y se piensa en el final de la obra, aparece un track misterioso e hipnótico. La dulce voz de Dienel se diversifica y encuentra una espiritualidad balcánica, gracias a unas trompetas minimalistas y un sonido ambiente que nos remite a otras culturas. Es el final del disco. Y una enigmática energía ha quedado flotando en el aire.