martes, junio 30

Soldado que huye...

Ayer, por la mañana, renunció la ministra de salud, Graciela Ocaña. Se fue por la puerta de atrás, envuelta en dos epidemias (dengue-gripe A) y varias diferencias con un gobierno que hasta hace un tiempo defendía. Con su huida, probablemente también desaparezca la investigación que llevaba a cabo sobre un monto importante de dinero que las obras sociales (sindicales) le debían al estado.

Cabe señalar que, según Clarín, la ex funcionaria creará un grupo anti-corrupción para seguir investigando la “mafia de los medicamentos”. Pero claro está, es muy diferente las armas con las cuales contará, ya desde afuera del sistema y sin la opción de reclamar, desde su importante función, el dinero adeudado. Se habla de 220 millones de pesos. Los sindicatos deberían devolver ese monto, ya que no comprobaron su utilización.

Personalmente, no entiendo este tipo de actitudes. Si bien se puede llegar al mismo fin (el desplazamiento), considero más ético y moral continuar y, en últimas instancias, ser despedido a viva voz. Ocaña se fue sin dejar en claro su supuesta intención de suspender las elecciones, sin recalcar su voluntad para declarar la emergencia sanitaria con mayor anterioridad, eligiendo preservar la imagen política de sus verdugos. Ocaña decidió irse (sin pena ni gloria) y pelar desde afuera. Quedan varias dudas si será el caso de un soldado que huye para continuar otra batalla.

martes, junio 23

No vives de ensalada

A pocos días de las elecciones legislativas, no puedo evitar escribir frases con alto grado de subjetividad, ya que se trata de pensamientos que perderían su valor si las expongo de manera objetiva, dejando de lado las sensaciones. “No vives de ensalada” es una frase/canción (muy graciosa en su contexto) que integra un capítulo de “Los Simpson”, en el cual la familia estadounidense le recalca a Lisa que con una dieta vegetariana no alcanza. Que si o sí necesita la carne para vivir. Me viene al pelo estas palabras para titular un post que se basa en la desilusión y bronca ante la votación que se aproxima. Me fastidia ver la falta de imaginación y la ausencia de riesgos que existe en la ciudadanía. Tanto en la Provincia de Buenos Aires como en la Ciudad, los candidatos ubicados en los primeros puestos poseen muchos elementos visibles para dejarlos de lado. Pero no. Ellos lideran las encuestas y probablemente accederán a las bancas del congreso.

Pareciera ser que la población comparte la melodía de Homero Simpsons y entiende que si bien las opciones alternativas (vegetales) existen, no puedes vivir sin lo básico (carne); En otras palabras, los partidos políticos menos populares están, pero la preferencia siempre se centró y se centrará en los hegemónicos, ya que sin ellos no podríamos vivir (gobernar). Poco importan las experiencias pasadas. El poder (en sus distintas facetas) es lo que prima. Y la sensación de gobernabilidad lo que tranquiliza. Por esa razón (entre otras), en la Provincia de Buenos Aires, el binomio Kirchner-Scioli domina las encuestas junto con De Narváez-Solá. Hace un buen tiempo pienso que la degradación de los valores, como la honestidad y la transparencia, se encuentra tanto en los sectores políticos/empresariales como los “poblacionales”. Es más, a contrario de lo que piensa mucha gente, no creo que “los de arriba” justifican a “los de abajo”, sino que ambos se fundan a sí mismo Sostengo que en los casos mínimos se expresa esta realidad. Hoy en día, devolver algo que no es de uno está magnificado por los medios. Como si se tratara de una excepción a la regla. En los casos “chicos” (pérdida de celulares, billeteras, mp3, etc.…) la burla es la primera reacción ante una opinión contraria a devolver lo encontrado.

Hecha esta aclaración, puedo comprender de qué manera un candidato como Néstor Kirchner pueda estar tan bien ubicado, pese a los casos de corrupción que existieron en su gobierno, llámese Skanska, la valija de Antonini Wilson, los fondos de Santa Cruz, el caso Miceli, las investigaciones por supuesta corrupción al ministro de transporte, los falsos números del IndeK, etc.…

Por el otro lado, De Narváez es un perfecto ejemplar de la influencia de los medios de comunicación en una sociedad acrítica. Hace unos años, nadie conocía al millonario nacido en Colombia. Ahora, gracias a las sumas millonarias desembolsadas en todos los medios de comunicación, ha creado un perfil y le pelea el primer lugar al Frente Para la Victoria. Eso sí, sus ideas son tan conocidas como su imagen hace unos años atrás. O sino, pregúntenle a alguien que lo va a votar las razones de su voto. Tampoco importa su implicancia en la causa de la efedrina. Si bien hay motivos para sospechar de una mano oficialista en la justicia, también sería interesante una explicación sensata sobre la llamada que lo involucra en mencionada causa judicial. ¿Récord de inasistencia en la Cámara de Diputados? ¿Un pasado “menemista” (al igual que varios dirigentes K)? Temas sin valor para gran parte del electorado.

Podría continuar con los puntos que considero suficientes para no votar a tal candidato. Por ejemplo, Elisa Carrió (a quién he votado en una oportunidad) ahora llama al FMI, de la mano de Prat Gay, luego de tantas críticas al organismo usurero. Mientras tanto, Margarita Stolbizer vacila sobre un posible aumento a los jubilados, y se conforma con una respuesta de plástico (“Debería plantearse” INFOBAE).

Como he señalado anteriormente, mi objetivo no es remarcar qué candidato debe ser votado. La única razón de ser de este post es recalcar la falta de audacia que existe en la población argentina. Pensemos en un ejemplo particular. Uno conoce a seis personas y confía en A, B y C durante gran parte de su vida, dejando de lado a D, E, F. El primero grupo a lo largo del camino me desilusiona y traiciona mis expectativas, ¿Qué dictaría mi sentido común? O bien, doy un salto y me arriesgo por D, E y F, o desconfío de todos y elijo quedar sólo. Ni el voto en blanco/impugnado/ausentismo ha perdurado en nuestro país, ni tampoco fuerzas alternativas han tenido un apoyo significante. La ausencia de riesgo y la quietud mental es parte intrínseca del electorado que no ve ni quiere ver más allá de lo malo conocido.

miércoles, junio 17

Ciega Justicia

El fallo que condenó al cura Julio César Grassi a 15 años de prisión por abuso sexual contra menores está plagado de sin sentidos. Que espere en libertad mientras se consolida (o no) la condena es una de las mencionadas incoherencias. Hace mucho que no me quedaba estupefacto ante una declaración como la del juez Andueza (presidente del tribunal que juzgó a Grassi), en el programa radial “Magdalena Tempranísimo. Fue descomunal el intento del magistrado por explicar lo inexplicable, o sea, justificar cómo se puede condenar a una persona por abuso sexual y, al mismo tiempo, regalarle las condiciones para que reincida.

Porque, dejar al juzgado en libertad y con la posibilidad de visitar la fundación “Felices los Niños”, es lisa y llanamente preparar un terreno propicio para la reincidencia. A pesar de contar con peritos que constataron la personalidad perversa del cura, el juez sostenía que creía plenamente en que no había posibilidad de que Grassi reincidiera. Lo torpeza de esta afirmación no tiene techo. ¿De donde proviene esa seguridad? ¿Acaso Aranduez (y sus pares) son futurólogos? ¿Tantos años de estudio para no entender lo que significa el concepto “Prevención”? Nadie puede asegurar que el religioso vuelva a abusar, pero: ¿Quién puede estar tan seguro para decir lo contrario? ¿Un tribunal que de hecho lo ha condenado? Es estúpido y sin sentido por cualquier lado que se lo vea.

De todas formas, las respuestas provienen por otro lado. Según el presidente del tribunal de Morón, lo que importa, para determinar la libertad o arresto, antes de consolidar la condena, es la posibilidad de fuga. No la probabilidad de reincidencia. Fue valorable la manera con la cual, Magdalena Ruiz Guiñazú no se quedó petrificada ante tal barbaridad y pudo seguir re-preguntando y dejar en ridículo al juez. “Es lo que dice la ley”, se justificó Aranduez, caracterizando ambigua a su justificación, ya que no deja en claro si Grassi está en libertad porque la ley omite la posibilidad de reincidencia para decidir tal acción o porque los jueces ponen las manos en el fuego por el condenado.

La estupidez toca su techo y continúa fomentando los pilares para un nuevo abuso sexual contra menores, cuando los magistrados deciden que el cura puede visitar la fundación “Felices Los Niños” con un cuidador, que será designado por el abusador. O sea, podría ir con el Bambino Veira si quisiera y no existiría problema alguno. O con amigos afines a los tipos de conducta por las cuales Grassi fue condenado. “Durante el juicio se procedió de esta manera y no vemos razones para no continuar de este modo”, fue la justificación de Aranduez. El juez debe tener fallas en su capacidad de diferenciar los tiempos, sino no se comprende cómo no puede separar dos momentos totalmente diferentes. Por un lado, el juicio en proceso (no hay condena), y por otro, la resolución (hay condena).

Para terminar, me produce suspicacia la siguiente frase, incluida en la resolución, ya que en ella misma se percibe una defensa típica de quien sabe que está diciendo una barbaridad, pero luego la esconde. Copio textual de Página 12:

Los jueces, por unanimidad, consideran probado que lo sucedido “no es ni más ni menos que influir voluntariamente sobre la normal formación del menor para obtener que aceptara estas relaciones homosexuales como si fueran lo que ocurre habitualmente”. Aclaran luego que “no se trata aquí de la libre elección del objeto sexual de cada uno, que de por sí no tiene nada de reprochable y sólo pertenece a la esfera privada del individuo, sino de la influencia de un mayor sobre un menor” que a esa edad tiene “la orientación sexual indefinida o en vías de definición”.

No aclares que oscurece. Es extraña la aclaración con la cual se remarca que lo objetable es la influencia que produce un mayor ante un menor y no la libre elección sexual. Más suspicaces son las frases “normal formación del menor” y la indicación de que se trata de una relación homosexual, que se intenta pasar como “lo que ocurre habitualmente” Quizás, en este punto, sobrepase las interpretaciones, pero no sería raro, ante un fallo tan absurdo como este.

Foto 1: Tomada de Crítica

Foto 2: Tomada de Peregrinos

Foto 3: Tomada de El Adarve

miércoles, junio 10

El Artista

Grata sorpresa me llevé el pasado sábado, cuando asistí al Gaumont para ver “El artista”, filme dirigido por Gastón Duprat y Mariano Cohn. Por un lado, nunca había asistido a mencionada sala. Es dable señalar que el precio de la entrada ($6), su buena perspectiva desde los asientos y una pantalla correcta hacen del Gaumont un espacio muy valorable.

Ya en el marco estrictamente cinematográfico, “El artista” es un pequeño viaje hacia algunos sectores del llamado “mundo artístico”. Las burlas e ironías, dirigidas a los actores principales de mencionado universo (llámese críticos de arte, productores, editorialistas, artistas, etc.…) son la faceta cómica del filme, mientras que la parte central de la historia se centra sobre la relación que tiene un enfermero (Ramírez) con su paciente, un anciano (Romano) con discapacidades motoras y orales, pero que cuenta con una aparente habilidad. Dicha cualidad del longevo provocará un cambio en el vínculo entre Ramírez y Romano.

“El artista” es una obra que acierta mucho con las cuotas de humor, ya que los sarcasmos dirigidos al universo “artie” son filmados sin grandilocuencias. No aparecen personajes diciendo “arte, arte, arte”, emulando a Marta Minujín, sino todo lo contrario. Gastón Duprat y Mariano Cohn ponen en escena a personas que opinan a través de citas, que etiquetan cualquier característica, o reflexionan sobre el arte destinado a mantener el sistema hegemónico. Pero no es nada del otro mundo. Uno mismo podría verse inmerso dentro de ese mundo aparte que es la “opinión libre”.

Por otra parte, es inquietante la interpretación de Romano, a cargo de Alberto Laiseca, ya que caracteriza a un anciano que se encuentra atrapado en su interior. Sin voz, ni con una movilidad propia, lucha con su conciencia, aún intacta, en pos de expresarse. En oportunidades, Laiseca eriza la piel al escenificar a un anciano que combate contra las barreras que no le permiten expresarse oralmente. En muchos pasajes, provoca mucha tensión el pensar que dentro del cuerpo de Romano hay un ser que pide a gritos romper todas las barreras que dificultan la libre expresión. Claro está, Romano puede comunicarse de otra forma, mediante una supuesta destreza artística que será el nudo central del filme.

Quizás, el punto flojo de la película sea la interpretación de Ramírez (Sergio Pángaro), ya que se percibe mucho esfuerzo al intentar personificar a un enfermero introvertido que (se) aprovecha una situación fortuita. También, es un pequeño paso en falso la escena final. Es muy subjetiva esta apreciación (mucho más que todo lo escrito anteriormente), pero el diminuto error está en la elección de la toma, ya que minutos antes de la elegida, había otra más precisa. De todas formas, estos dos elementos no modifican la buena recepción que tuvo “El artista”, un filme certero en sus sornas y en sus partes más adustas.

martes, junio 2

Colder: "Again"

Allá, por el 2003, un disco recrudecía el frío estacional típico de estos meses. Pasaron seis años y, con la llegada de gélidas temperaturas, volví a un puñado de canciones que en realidad nunca dejé. “Colder” es el proyecto del diseñador Marc Nguyen. Francés él, compuso un disco llamado “Again”, en el cual, las canciones invitan al baile tanto mental como físico. Eso sí, ambas danzas bajo un clima espeso, bastante oscuro y electrónico.

Si un disco pudiera ser degustado a través del olfato, “Again” provocaría la tos causada por una humareda. “Confusion”, “One night in Tokyo” son dos puestas en escena de tal neblina y densidad. La preponderancia del bajo es fundamental para hacer de “Again” una obra hipnótica y abrumadora. Los “graves” dividen y reagrupan a todos los otros sonidos perdidos en el agujero negro. Por otra parte, también hay espacio para temas más “rockeros” (“Shiny Star”), en los cuales una batería (programada) y guitarras punzantes muestran el lado post-punk de “Colder”. Por su puesto, siempre sobre el marco sutil y fino que Marc Nguyen delimita, tomando pequeños retazos de “Joy Division”, pero con una veta más experimental, orientado al ambient.

Dejo dos temas para escuchar. El primero, bastante conocido, llamado “Crazy Love”. Particularmente, me parece genial. Dan ganas de bailar con las neuronas, ya que, no encuentro manera para hacerlo corporalmente. El segundo tiene el mismo nombre de la banda y, básicamente, adoro la forma en la cual el tema se desarma de a poco, con magnéticas repeticiones: Una delicia.Si alguien quiere el disco, sólo pídalo!