Hoy experimenté algo que espero comprender en algunos días. Bueno, en realidad, esta frase es algo efectista, ya que la situación a describir no ocurrió hoy, y tampoco es cierto que espere obtener una respuesta. Lo que sí es verdad, es que siempre me ha causado impresión los momentos en los cuales las diferencias entre los hombres quedan cara a cara y provocan incomodidades. Para ser más preciso, me refiero a esos instantes, en los cuales una persona desposeída y condenada mira a los ojos de su par, quién se haya en mejores condiciones. Seré aún más claro: La tensión que causa en restaurantes, pubs, locales, etc.…el pedido de ayuda de un indigente a una multitud que se encuentra disfrutando de un amigable encuentro con su pareja y/o amistades.
Debo reconocer que tiempo atrás, yo era uno de los tantos que “sufría” esa situación. Ahora, quizás motivado por el intento de una reflexión, o por un egoísmo más pronunciado, mi actitud es otra, ya sea cediendo una moneda al necesitado o no. ¿Por qué me incomodaba dicha circunstancia? O mejor dicho: ¿Por qué incomoda ese acontecer a muchas personas? ¿Acaso, el tedio que produce este evento, refleja nuestro sentimiento de culpa, que se haya bien en el fondo de nuestro ser? ¿El fastidio es consecuencia de asimilar inconscientemente que es responsabilidad nuestra lo que les sucede?
Estas preguntas quizás pueden ser reforzadas si el que pide es un menor, ya que alguien podría decirme que, en el caso de un mayor, su estado de pobreza puede ser fruto de sus malas elecciones (argumento discutible, también). Pero, quizás siendo algo morboso, represento la situación con un niña/o condenada/o a tales menesteres para intentar hallar la causa que explique la insoslayable actitud de los clientes de tal pub, restaurante, quiosco, etc.…El hecho de pensar que uno no puede hacer nada, ¿refuerza la sensación de culpa?: ¿por eso queremos que este ser, que nos lastima los ojos y el tiempo, se vaya lo más pronto?
“Puede que sea un truco para conseguir que le den alguna moneda”, me dijo un compañero. Realmente no lo creo. Además, observando la reacción de la gente, no sería un buen método la desesperación, ya que muchos se sintieron aterrados por tanta “verdad” en palabras de una señora en estado de crisis. Una mujer que personificaba con perfección la pérdida del ser. El sufrimiento como motor y la desesperación como único signo espiritual aún inextirpable. El instinto de supervivencia materializado en alaridos que reflejaban, a pesar de todo, la existencia. Una mujer a la cual sólo le quedaban sus ojos para ver a los responsables y/o bondadosos que la asistirían con una moneda.
Sé que muchos se liberan de estas disyuntivas morales. No se sienten responsables, porque entienden que ellos no pueden ni deben hacer nada, y que el estado en el cual las personas desposeídas se encuentran, es consecuencia de erróneas decisiones personales. No pretendo hacerles cambiar de parecer (yo ni siquiera tengo uno), pero de lo que sí estoy seguro, es que si hubiesen presenciado la situación habrían quedado perplejos ante tal escena de “desintegración humana”.
Perplejidad fue mi sensación cuando bajó del micro. ¿Me sacudió por unos instantes? “Mucho” ¿Me sentía responsable? “No sé”. ¿Me importaba? “Poco” ¿Podía hacer algo? “No sé”. ¿Podía aprovechar la situación, grabar su profunda y lastimosa voz, y escribir un post sobre tal situación? “Eso hice” ¿Ser periodista es lucrar (de manera “objetiva”) con el desgarramiento humano? “Mejor termino el post”.
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“Hoy experimenté algo que espero comprender en algunos días”, sostiene Jörgen Leth en el filme “Cinco Obstrucciones”, película dirigida por el danés Lars Von Trier. Sobre Von Trier, se podrían decir muchas cosas. Varios lo recordarán por su obra titulada “Dancing in the dark” (con Bjork como protagonista) o por ese experimento (espanta-espectador de cine tradicional) titulado Dogville. Con Lars Von Trier es acertado usar una frase hecha para caracterizarlo: Puede causar odio, amor, interés, pero nunca indiferencia. Lo demostró en películas como “Los Idiotas”, en la cual un grupo de jóvenes se comportan como imbéciles en diferentes situaciones y, siempre, bajo un aparente sistema teórico que funda al juego. Hay muchas especificaciones para hacer sobre este director quién siempre, en sus obras, deja de manera explícita cuestiones como la ética, la violencia natural del Hombre, la doble moral, etc.….
El filme consiste en las peripecias que atraviesa Leth para realizar el corto de cinco maneras diferentes, y con barreras sucias que su discípulo Von Trier le pone en el camino. ¿Cuáles son estas condiciones? Son muchas: En el primer re-make la obligación era filmar a 12 cuadros por segundos, hacerlo en Cuba, sin decorados, con actores contratados y responder a las preguntas oriundas del antiguo “Humano Perfecto”.
El video que está a continuación se trata de la segunda versión. En esta oportunidad, Von Trier puso como obligación filmar en un lugar que Leth considerara el más terrible en el cual haya estado. Jörgen Leth, quién esta vez debía personificar al humano Perfecto, eligió rodar en Bombay (Asia). Otra condición: Lo terrible no debía verse. Tenía que estar, pero no ser divisado.
Vestido de traje, como el "Humano Perfecto" que es, Leth se deleita de platos extravagantes y reflexiones insulsas, mientras que atrás….atrás……atrás la realidad es otra.
*Una mejor crítica de "Cinco Obstrucciones": Aquí
3 comentarios:
siempre dejandome pensando...
saludos!
no hay ningun post navideño???
Ja!....En verdad tenía pensado postear una escrito que relaciona a un libro ("El Extranjero" de Albert Camus) y un disco ("Faith" de "The Cure"), ya que comparten algo esencial que es la falta de fe. Ja!...Un post no muy afín al festejo religioso!...ja!....
De igual manera no llegó a hacer nada de eso....Así que veré.....
Norris!....Tus comentarios son muy gratificantes para un estudiante de periodismo que aún se pregunta si a alguien le puede interesar lo que uno escribe!...Gracias! y Saludos!
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