lunes, agosto 1

De dioses y hombres

Un simple [pero esencial] elemento como la creencia es lo que nos hace sentirnos seguros y confiados. La potencial ridiculez que conlleva las inseguridades siempre está a un paso de alcanzarnos, pero, mientras prime una conciencia que no dude de sí misma, ese único paso es gigante y permanece alejado. Afortunadamente para nuestra complejidad, existen innumerables dudas, impulsadas por hechos de la vida terrenal, que exigen una re-definición de nuestros supuestos. “De dioses y hombres” narra la historia [verídica] de un grupo de monjes franceses [instalados en un pueblo humilde de Argelia] que viven en un mundo religioso abstracto y práctico a la vez. Ellos entregan casi todas sus reflexiones y actividades a ese ser Superior, pero también ayudan a una población con muchas carencias que, en buena medida, nació con la llegada del monasterio en el cual viven los monjes.

Esta dualidad [tierra/cielo] deja de ser sutil cuando la aparición de grupos terroristas pone en velo a todo el barrio, dada la evolución de sus crímenes y el peligro potencial de que el mismo monasterio [junto con su pueblo] sea un foco de ataque. Para el director Xavier Beauvois los monjes franceses son, ante todo, hombres. Y responden como tal. Con arbitrariedades, miedos, reflexiones, deliberaciones. Por este motivo, las pocas opciones que tienen [permanecer o retirarse] ante el creciente accionar terrorista que los pone en riesgo necesitarán de una fortaleza enorme para ser sostenidas. Y es aquí donde Beauvois ofrece una mirada enternecedora del ser humano. Es en la obra de una decisión fundamental para sus vidas donde los monjes encontrarán no una solución pragmática, sino un alivio moral, una postura que sea fiel a su conciencia. Un laudo decidido desde la puesta en crítica de todas sus sensaciones individuales, incluso de las más esenciales. De esta manera, los “hombres de Dios” sortean el peligro de caer en el ridículo y alcanzan una opción que se ajusta a las conciencias de estos “hombres de la tierra”.

1 comentario:

Clau dijo...

En pocas oraciones, creo, resumís a la perfección el núcleo argumental que sobrevuela y define todo el metraje de esta excepcional película francesa. Vale la pena verla más de una vez.

Saludos.