viernes, mayo 11

Le Mans: "Saudade"

El otoño comenzó ya hace un tiempo, pero para mí, empezó el sábado pasado. ¿Porqué este desvarío temporal?....Porque, luego de tener el disco (en realidad archivos mp3´s…pero suena más lindo decir disco) de Le Mans, llamado “Saudade”, guardado, esperando ser escuchado, me decidí a darle la chance. Imagino que más adelante escribiré más sobre esta banda española, así que sólo mencionaré como contexto que Le Mans es un grupo de San Sebastián, formado a principios de los 90´, y lamentablemente separados desde finales del siglo XX.

Había escuchado tres cd´s suyos, y sólo me faltaba el que estoy mencionando en este momento…. “Saudade” es un término que significa soledad, nostalgia, añorancia, todos sentimientos que el frío otoñal pareciera recrudecerlos, y prepararlos para el invierno. “Saudade” es un disco propio de esta estación, ya que el mismo se cubre en cuerdas cálidas y profundas, guitarras austeras y de un color amarillento, propio de las hojas que empiezan a caer en esta época. El álbum es taparse con la frazada hasta la cabeza, mientras afuera el gris es el tono que predomina en el paisaje. ¿Y que decir de las letras?....Ellas son pequeños fragmentos, en algunos casos bocetos, muy frágiles, siempre con un dejo de melancolía y nostalgia por lo que fue o por lo que ni siquiera es. No obstante hay pequeños y tibios rayos de luz en “Saudade”. “Canción de puede ser”, “¡Oh Romeo, Oh Romeo!” y “Paramour” son algunos de ellos. El primero es una dulce comparación entre diferentes árboles y la forma de expresar los sentimientos. “Puede ser como un olmo melancólico. Puede ser más brillante que el laurel. Puede ser un haya otoñal al cambiar tan fácil de color. Como una palmera puede ser, tan alegre bajo el sol”, canta, suavemente, Jone Garbain. Otra canción que aumenta la sensación térmica es “Oh Romeo, Oh Romeo”. Con una instrumentación simple, este tema es un relato inocente sobre un arrepentimiento matrimonial. El final del disco está a cargo de “Paramour”, un pequeño oasis musical. Hecha estas tres aclaraciones o excepciones, las restantes 7 canciones respetan la terminología que le corresponde al nombre de la obra.

El álbum empieza con “Desacierto”, un relato impregnado de indecisiones, que sin embargo, al final, deriva en unas líneas profundas y existenciales: “Confiar o no confiar, darte la razón. No saber nunca qué decir, elegir callar. Olvidar que tú estás aquí, no saber qué hacer. Entregar todo el corazón. Desaparecer” El tema que le da el nombre al disco y “Dry Martíni” son diferentes caras de una misma moneda. Mientras en el primero, Jone canta “Pasa el tiempo, la nostalgia se queda...Y en la espera de algo mejor queda el intento, en “Dry Martíni”, ella dice: Pesan la pereza y la costumbre. Pero todo va bastante bien. Sin ti”. Diferentes formas de abordar una herida, ambas con una música intimista y austera, vacía de cualquier intento dramatizador. Llega “Lucien”. Unas líneas breves, pero incisivas sobre la rutina y la desolación de una pareja. Como esta letra me supera, la transcribo toda.

Llega el anochecer, tú te despedirás Irás a dormir A descansar para soñar. Intentando olvidar el trabajo de hoy, la tristeza de un día normal, y tal vez a mí.

Cuando apagues la luz, recostada a tu lado esperaré un poco más, hasta saber, por tu respiración, que estás lejos de mí. Tú sonríes en sueños y yo te digo adiós

Miro a mi alrededor y me apena marcharme de aquí, sin intentar dar una razón. Si tuviera el valor de poderte explicar. Si pudiera hacerlo mejor, lo haría por ti

Salgo de la habitación, puede que me decida esta vez a abandonar esta ciudad. Pero siempre es igual y me vuelvo a dormir. No me atrevo a marcharme. Y tú, tan lejos de mí

Una vez pasado “Orlando”, tema instrumental, me queda la belleza del álbum. El ruido del viento, moviendo a los árboles de aquí para allá y languideciendo la perspectiva, se ve simbolizado en “Travesía”. Aquí si pareciera que la voz de Jone va a quebrarse del todo, y junto con ella una lágrima. Un poema naturista que logra que “Saudade” llegue a su máxima expresión de añoranza, sencillez e introspección. Es la culminación de una obra tan fría como cálida…. ¡Empezó el otoño! y Le Mans es su banda de sonido.

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