lunes, septiembre 1

Un juicio no alcanza

El juicio que buscará los responsables de la tragedia en Cromañón ha comenzado. Se vislumbran días de dolor, nerviosismos y diversas evasiones de parte de quiénes son acusados. Callejeros, Omar Chabán y sus allegados en materia de seguridad serán puestos a prueba frente al banquillo por sus presuntas negligencias. A pesar de que sea un acto de justicia indagar a los sospechosos anteriormente citados, el peor de los presagios post-Cromañón pareciera cumplirse. La falta de una autocrítica que comprenda las culpas individuales para así evitar otra tragedia de tal magnitud no parece tener lugar. Las culpas del Estado (materializadas en sus inspectores y policías, acusados de recibir coimas) y de las personas aledañas a Cromañón (Callejeros, Chabán y su mano derecha Raúl Villarreal) son perceptibles. La justicia deberá medir el grado de yerro de cada uno. Pero lo que el magistrado no podrá hacer es originar un proceso de auto conciencia que intente comprender cómo fue posible que miles de personas no tuvieran en cuenta el peligro latente en el cual estaban inmersos. Cómo podía entrar en la mente de varios jóvenes que los proyectiles no eran una amenaza en un lugar cerrado.

Cómo se llegaba a utilizar un baño como guardería improvisada. Todas estas preguntas podrían ser formuladas tanto a los chicos que asistieron al recital, como a sus padres. Estas oraciones son muy delicadas. Está más que sabido que el dolor eterno que llevarán familiares y sobrevivientes es inimaginable. Por esa razón, todo debate que ronde por referidas latitudes está olvidado. En el marco jurídico, el culpable directo de la tragedia falleció o se esconde en un anonimato indignante. Por su parte, en los medios, el miedo a tocar un tema sensible deja de lado toda reflexión sobre las responsabilidades de parte de quiénes sufrieron el siniestro. Para abordar la tragedia desde todos los sentidos y, principalmente, para evitar toda situación similar en futuros años, es necesario hilar fino, entender los sentimientos de dolor y plantear las fallas en: los modos de educación, los valores enseñados y en cómo el Estado atenta contra la formación de un chico para que, una vez ya crecido, carezca de todo sentido común. Además de penalizar a los responsables físicos, si no hay un reflexión mental que presente las consecuencias de una educación frágil y autodestructiva, poco servirá este juicio oral que ha comenzado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La reflexion no va a estar, porq a los medios no ganan dinero por reflexionar, como siempre buscan la confrontacion, quien es culpable, Chaban o Callejeros, nunca van a producir un debate coherente. Lamentablemente este caso se va a tornar un show para los noticieros.

P a n c h o dijo...

Hello! mmmmmmmmmmmm
interesante!