lunes, noviembre 3

¿Por quién soy?

Llega el momento en el cual una frase entra en la cabeza de alguien. “Pensar en “cómo me ven” todas las personas que conozco, es enfermizo”. Este minado pensamiento deriva en otras pequeñas bombas internas.

Se llega a la conclusión de que el famoso “no me importa qué piensen los demás” se derrumba. Que es imposible no percibir que uno es parte de ese martillo juzgatorio. Siempre está el segundo, minuto u hora que a uno se le pasa por la cabeza la posible opinión de sus pares. ¿Es un signo de debilidad? Puede ser. Pero también puede ser una manifestación con la cual se entiende que somos personas. Y pensamos en nuestro hábitat.

De todas formas es enfermizo pensar en esto. ¿O no?

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