El rol de la mujer

Pequeña comentario sobre cierto texto de Sor Juana Inés de la Cruz, "religiosa católica, poeta y dramaturga. Para más info de Sor Juana, aquí.

El rol de la mujer en los sonetos de Sor Juana, es ambiguo. Son notorias las descalificaciones al actuar del hombre. Son claras las denuncias a un sistema patriarcal, en el cual la mujer tomar el rol de una simple acompañante del hombre.

Queréis, con presunción necia,

hallar a la que buscáis

para pretendida, Thais

y en la posesión, Lucrecia

Siempre tan necios andáis

que, con desigual nivel,

a una culpáis por cruel

y a otra por fácil culpáis

Pero Sor Juana, en su acusación, no intenta crear una nueva imagen para la mujer. No le da el poder de cambio con el cual modificaría su ingrata existencia. La religiosa expresa sus desencantos hacia las actividades del hombre, desde una postura indirecta en las “redondillas”, ya que sus críticas no dan signos de marcas “yoísticas”. Sor Juana se corre hacia un rincón “objetivo” y desde ese lugar lanza sus apreciaciones. Desde ese sitio, pretendidamente neutral, culpa a los hombres de toda dolencia femenina.

Cuando se caracteriza al rol de la mujer como ambiguo, es porque Sor Juana, de tanto centrar las culpas sobre el género masculino, termina dejando entender que así como el hombre es quien daña, también es él quien puede sanar. Son varias las frases en las cuales se interpreta que el conflicto no es la dominación del hombre hacia la mujer, sino que es el tipo de dominación la problemática.

Hombres necios que acusáis

a la mujer, sin razón

sin ver que sois la ocasión

de lo mismo que culpáis:

Si con ansia sin igual

si solicitáis su desdén,

por qué queréis que obren bien

si las incitáis al mal

Es aquí cuando Sor Juana queda a mitad de camino en sus textos. No obstante, sería necio no observar la etapa (Siglo XVII), en la cual la novicia arremetió con sus palabras, llenas de juicios sobre la hegemonía masculina. Desde un convento, en una época en la cual la mujer compartía similitudes con un esclavo, Sor Juana denostó con dureza el papel del la mujer por ese entonces.

Quizás de tanto desviar su mirada sobre el género femenino y posarlo sobre el masculino, dejó de lado un valor tan fundamental como lo es el derecho a ejercer una libertad sin distinciones de ningún tipo.

Dan vuestras amantes penas

a sus libertades alas,

y después de hacerlas malas

las queréis hallar muy buenas

¿Pues, para qué os espantáis

de la culpa que tenéis?

Queredlas cual las hacéis

o hacedlas cual las buscáis