martes, noviembre 18

Personal Fest 2008

El blog se desangra pero no muere....

Así como en otras oportunidades mis quejas se situaron sobre espectáculos (Personal Fest) que dejaban mucho que desear en cuanto a la confección de bandas y modo de publicitarlos, también hay que aclarar cuando la propuesta es interesante y, principalmente, muy económica. Esto sucedió hace unas semanas con un festival (el Personal) y un recital en La Trastienda.

Para comenzar, la quinta edición del Personal Fest fue un acierto muy significante. La fecha 1 tuvo a dos grupos que hace unos años uno jamás iba a suponer que tocarían en la Argentina.

Por un lado, los re-agrupados Jesus & Mary Chain ofrecieron un recital que si bien no llegó a ser esplendoroso, sí fue emocionante escuchar en vivo canciones que durante tanto tiempo estaban internalizadas. El motivo por el cual los 60 minutos de la banda inglesa no fueron memorables se debe a una causa algo lógica. Su apogeo y punto cúlmine de su carrera fue “Psychocandy”, primer disco de los JAMC. Editado en los comienzos de los 80´, el álbum es una clara muestra de cómo sin muchos conocimientos técnicos se pueden crear canciones fundamentales para las generaciones futuras. Un sonido que se sumerge en las guitarras distorsionadas (en realidad debería decir “fritadas”) y la mezcla entre la violencia punk y una melodía pop bien marcada son las características principales de “Psychocandy”. Puede que este disco no atrape en su primera escucha. Las resonancias, como decía anteriormente, parecen salir de una freidora. Cuando uno cree estar ante una canción melosa, llegan interferencias punk y típicas del shoegaze que dinamitan esos minutos. Bueno…imagino que, luego de tantos años, debe ser difícil tocar el LP en su totalidad. Para empezar, falta Boby Gillespie, miembro de los JAMC por ese entonces.

Dada esta situación, el grupo liderado por los hermanos Reid avocó su recital a otros períodos de su carrera, como lo son su etapa más “ochentosa” y sus finales más orientados al brit-pop. No estuvo mal. Pero en diferentes ocasiones o bien el recital parecía un revival (cabe señalar que muchos “cuarentañeros” lo disfrutaron mucho) o se perdía en el monótono estilo brit-pop. De todas formas, “Just Like a Honey” y “Some Candy Talking” justificaron la entrada.

Spiritualized rompió todo con su space-rock. Las concepciones y entusiasmo que uno tenía a priori fueron concretadas, a pesar de algún momento denso y extra virtuoso. Con canciones manifiestamente espirituales y ruidosas, la banda liderada por Jason Pierce recorrió diversos discos de su ya extensa discografía. En el Personal, la mayoría de los temas interpretados fueron aquellos que contenían un componente experimental y agresivo. Hasta incluso se dedicaron ((¿in?)Conscientemente) a homenajear a la Velvet Underground, con una zapada larga de distorsiones y notas anárquicas.

Antes de los JAMC y de Spiritualized pude ver a un conjunto de original nombre. Se llaman !!! (se pronunciaría chc-chc-chc, a lo Nimo) y si bien su dance-rock me termina de cansar hay que reconocer que la entrega y la puesta en escena de su cantante fue muy simpático.

A pesar de que el público se mostraba absorto, Nick Offer bailaba, agitaba a los espectadores, provocaba con sus movimientos de la cintura para abajo y, como primer valor, conseguía, como mínimo, seguir el ritmo de las canciones moviendo el pie. No los vi mucho tiempo, ya que había llegado con retraso al festival (luego de pasar por los estúpidos caminos en los cuales se regalaban souvenirs típicos de este festival). Pero fueron un gran aperitivo los !!!.

Desafortunadamente, mi estado ánimo de aquel día no era el mejor, y por eso decidí no presenciar ningún recital más. Pérdidas: Un músico electrónico llamado Four Tet y una banda inglesa, liderado por un argentino, titulado The Draytones. Ganancia: Evitar el amontonamiento a la salida, producto del masivo público que llevó The Offspring.

Dos días antes (miércoles 29 de octubre), Spiritualized dio un recital en La Tastienda. Por supuesto que la oferta era muy tentadora, ya que se suponía que el tiempo que tenían para tocar era mayor al del Personal. Y así fue. Dos horas en las cuales Jason Pierce no sólo profundizó sobre sus viajes garage, sino que también tuvo tiempo para repasar melodías más reflexivas y espaciales.

La otra cara positiva de estos dos espectáculos fueron los precios. Para Spiritualized en La Trastienda se podían conseguir tickets desde $50 (parado en la barra) hasta unos $90 (mesitas). Un número bastante considerable. Para el día 1 del Personal, la entrada era $100, nada mal si se tiene en cuenta la cantidad

(calidad) de las bandas. Y más aún si encima se comparan estos precios con otros espectáculos extra y sobre valorados.

Fotos: !!! y Spiritualized en el Personal Fest: Extraídas de la Galería de Oh Darling!

1 comentario:

Anónimo dijo...

SOY UNA ALMA EN PENA!!:
hola vagaba por lo desertico de tu espacio desbordado de palabras y palabras, para dejarte una ayuda minima...pero bueno una ayuda al fin,para que no sientas tanto egoismo por parte de las personas que pasan sin dejar rastro alguno,aunque se haya solo aquel registrado en el "kilometraje" de tu blog. jajaja.

saludos invisibles