60 Watt Kid

¡¡Hace cuanto que no posteaba sobre discos que nadie tiene ni nadie escuchará!!...

La portada del álbum debut de 60 Watt Kid posee una simple pero decisiva historia para el grupo oriundo de San Francisco (EE. UU). Kevin Litrow, cantante y guitarrista, transitaba una situación económica inestable, y para poder conservar la luz en su departamento comenzó a robarse las lámparas de los pasillos del edificio. El portero, ante tal raid delictivo, publicó un comunicado en el cual solicitaba a los inquilinos tener cuidado con “el chico de los 60 Watt”.

No sabemos si Litrow sigue con sus menesteres lumínicos, pero sí tenemos la suerte de poder escuchar el incipiente trabajo homónimo de esta banda norteamericana que también incluye a Derek Thomas (guitarras, teclado y sampler) y Garret Pierce (batería, percusión y xilófono). Durante más de una hora, los 60 Watt Kid desarrollan su psicodelia de manera desbordante y ecléctica, aunque también reposan en momentos calmos con melodías contemplativas, e inclusive ciertos pasajes que remiten al rock & roll de los 50´. Esta alocada diversidad de estilos causa que el disco sea una convivencia (o lucha) entre espacios temporales distintos. Si bien los tres jóvenes estadounidenses tienen una predilección por un futuro visto desde la perspectiva de un científico, también demuestran su simpatía por el rock clásico, iniciado por Little Richard, Chuck Berry, Elvis, etc.…Un tercer elemento que se suma al experimento son las apaciguadoras y bellas tonadas Folk que funcionan como un nexo entre los viajes por el tiempo que la banda realiza y el consecuente aterrizaje.

La tesis que deriva de semejante ensayo es una hipótesis que afirma que 60 Watt Kid compone música para la cuarta dimensión. Este axioma es auto-formulado desde la web de la banda, y si bien puede sonar pretencioso, en muchos fragmentos del disco las resonancias comprueban referida conjetura.

“Ocsicnarfnas” es quizás la canción que más refleje el estado espiritual del LP, con meditadas voces y guitarras que direccionan al tema hacia alturas inimaginables. “Them Trials”, y principalmente “It was a time of mad scientists” son los tracks que simbolizan la aventura espacial que los “60 Watt Kid” transitan, con órganos anárquicos y repetitivos a la vez, guitarras reverb (eco), y un Kevin Litrow cantando con la mirada fija en los fenómenos celestiales. Por otra parte las alucinaciones también se perciben en temas pop, más livianos, pero no menos interesantes, como “Got a nice car” o “Jack Purry”.

Pero siempre hay que bajar. Se puede observar, imaginar y predecir otra realidad, pero siempre esta visión estará afectada por la realidad ya manifestada en la cual vivimos. Es así como Kevin Litrow compone temas bien clásicos, sucios y mundanos, circa inicios del rock & roll, como “Now that's an american standard!” (Parte 1 y 2), “End Of the war”, fruto de una borrachera en un pub, o la honesta y simpática “I Need a Job”, en la cual el cantante asume que para continuar sus descubrimientos sonoros y cósmicos, necesita un trabajo en el mundo terrenal que soporte la aventura inmaterial. Las melodías en clave Folk son otro arribo de la banda a colinas desoladas y apreciables. “Home is where the……is”, “North american road” y “Family” representan la faceta íntima y acústica, con un Kevin Litrow recitando con pizcas de dolor y resignación.

Lo curioso y excitante de esta obra inicial es la manera en la cual están distribuidas las canciones. A excepción de algún pasaje, los temas no están ordenados de una manera en la cual escuchemos tres o cuatro composiciones seguidas del mismo estilo. Al término de una balada introspectiva le continúa un rock terrenal, para luego ir hacia sonidos astrales, o viceversa. Esta experiencia desorienta aún más al oyente que se ha dado cuenta que los 60 Watt kid son un conjunto de sensaciones alteradas, una suma de disímiles componentes que provocan un placer imprevisible y descontracturado

Video: Ocsicnarfnas