martes, junio 30

Soldado que huye...

Ayer, por la mañana, renunció la ministra de salud, Graciela Ocaña. Se fue por la puerta de atrás, envuelta en dos epidemias (dengue-gripe A) y varias diferencias con un gobierno que hasta hace un tiempo defendía. Con su huida, probablemente también desaparezca la investigación que llevaba a cabo sobre un monto importante de dinero que las obras sociales (sindicales) le debían al estado.

Cabe señalar que, según Clarín, la ex funcionaria creará un grupo anti-corrupción para seguir investigando la “mafia de los medicamentos”. Pero claro está, es muy diferente las armas con las cuales contará, ya desde afuera del sistema y sin la opción de reclamar, desde su importante función, el dinero adeudado. Se habla de 220 millones de pesos. Los sindicatos deberían devolver ese monto, ya que no comprobaron su utilización.

Personalmente, no entiendo este tipo de actitudes. Si bien se puede llegar al mismo fin (el desplazamiento), considero más ético y moral continuar y, en últimas instancias, ser despedido a viva voz. Ocaña se fue sin dejar en claro su supuesta intención de suspender las elecciones, sin recalcar su voluntad para declarar la emergencia sanitaria con mayor anterioridad, eligiendo preservar la imagen política de sus verdugos. Ocaña decidió irse (sin pena ni gloria) y pelar desde afuera. Quedan varias dudas si será el caso de un soldado que huye para continuar otra batalla.

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