miércoles, junio 10

El Artista

Grata sorpresa me llevé el pasado sábado, cuando asistí al Gaumont para ver “El artista”, filme dirigido por Gastón Duprat y Mariano Cohn. Por un lado, nunca había asistido a mencionada sala. Es dable señalar que el precio de la entrada ($6), su buena perspectiva desde los asientos y una pantalla correcta hacen del Gaumont un espacio muy valorable.

Ya en el marco estrictamente cinematográfico, “El artista” es un pequeño viaje hacia algunos sectores del llamado “mundo artístico”. Las burlas e ironías, dirigidas a los actores principales de mencionado universo (llámese críticos de arte, productores, editorialistas, artistas, etc.…) son la faceta cómica del filme, mientras que la parte central de la historia se centra sobre la relación que tiene un enfermero (Ramírez) con su paciente, un anciano (Romano) con discapacidades motoras y orales, pero que cuenta con una aparente habilidad. Dicha cualidad del longevo provocará un cambio en el vínculo entre Ramírez y Romano.

“El artista” es una obra que acierta mucho con las cuotas de humor, ya que los sarcasmos dirigidos al universo “artie” son filmados sin grandilocuencias. No aparecen personajes diciendo “arte, arte, arte”, emulando a Marta Minujín, sino todo lo contrario. Gastón Duprat y Mariano Cohn ponen en escena a personas que opinan a través de citas, que etiquetan cualquier característica, o reflexionan sobre el arte destinado a mantener el sistema hegemónico. Pero no es nada del otro mundo. Uno mismo podría verse inmerso dentro de ese mundo aparte que es la “opinión libre”.

Por otra parte, es inquietante la interpretación de Romano, a cargo de Alberto Laiseca, ya que caracteriza a un anciano que se encuentra atrapado en su interior. Sin voz, ni con una movilidad propia, lucha con su conciencia, aún intacta, en pos de expresarse. En oportunidades, Laiseca eriza la piel al escenificar a un anciano que combate contra las barreras que no le permiten expresarse oralmente. En muchos pasajes, provoca mucha tensión el pensar que dentro del cuerpo de Romano hay un ser que pide a gritos romper todas las barreras que dificultan la libre expresión. Claro está, Romano puede comunicarse de otra forma, mediante una supuesta destreza artística que será el nudo central del filme.

Quizás, el punto flojo de la película sea la interpretación de Ramírez (Sergio Pángaro), ya que se percibe mucho esfuerzo al intentar personificar a un enfermero introvertido que (se) aprovecha una situación fortuita. También, es un pequeño paso en falso la escena final. Es muy subjetiva esta apreciación (mucho más que todo lo escrito anteriormente), pero el diminuto error está en la elección de la toma, ya que minutos antes de la elegida, había otra más precisa. De todas formas, estos dos elementos no modifican la buena recepción que tuvo “El artista”, un filme certero en sus sornas y en sus partes más adustas.

2 comentarios:

Rocío Vargas dijo...

primero: me sorprende que nunca hayas ido al Gaumont, es un lugar espectacular, con pelis que valen la pena y a un precio super accesible!!

segundo: con respecto a lo que decís sobre que no aparecen artistas que no dicen "arte, arte, arte" es porque en general los artistas no viven haciendo eso, el artista está más allá, busca dar un mensaje sin utilizar la comunicación tradicional, demostrándonos porqué son parte de lo que los críticos llaman el estatuto artístico.
y por otra parte, te doy un dato: la peli fue pre- estrenada en el ArteBA (http://tomandonota.wordpress.com/2009/05/28/arteba-termino-anoche-con-mas-de-125-mil-visitas-durante-los-4-dias-de-muestra/) que se realizó el mes pasado!

Saludos sr.!!

youth dijo...

Hola Vedette! Quizás no me expliqué bien.
Valoro al filme, ya que su crítica y burla sobre el mundo "artie" (críticos, artistas, productores, etc...)no la lleva a cabo con personajes grandilocuentes o exóticos, sino que la sorna es plasmada a través de sutiles comentarios y poses.

Y si...La verdad es que flaqueé al no asistir antes al gaumont!. Lo conocía de nombre, pero nunca había ido!

Saludos!