miércoles, junio 17

Ciega Justicia

El fallo que condenó al cura Julio César Grassi a 15 años de prisión por abuso sexual contra menores está plagado de sin sentidos. Que espere en libertad mientras se consolida (o no) la condena es una de las mencionadas incoherencias. Hace mucho que no me quedaba estupefacto ante una declaración como la del juez Andueza (presidente del tribunal que juzgó a Grassi), en el programa radial “Magdalena Tempranísimo. Fue descomunal el intento del magistrado por explicar lo inexplicable, o sea, justificar cómo se puede condenar a una persona por abuso sexual y, al mismo tiempo, regalarle las condiciones para que reincida.

Porque, dejar al juzgado en libertad y con la posibilidad de visitar la fundación “Felices los Niños”, es lisa y llanamente preparar un terreno propicio para la reincidencia. A pesar de contar con peritos que constataron la personalidad perversa del cura, el juez sostenía que creía plenamente en que no había posibilidad de que Grassi reincidiera. Lo torpeza de esta afirmación no tiene techo. ¿De donde proviene esa seguridad? ¿Acaso Aranduez (y sus pares) son futurólogos? ¿Tantos años de estudio para no entender lo que significa el concepto “Prevención”? Nadie puede asegurar que el religioso vuelva a abusar, pero: ¿Quién puede estar tan seguro para decir lo contrario? ¿Un tribunal que de hecho lo ha condenado? Es estúpido y sin sentido por cualquier lado que se lo vea.

De todas formas, las respuestas provienen por otro lado. Según el presidente del tribunal de Morón, lo que importa, para determinar la libertad o arresto, antes de consolidar la condena, es la posibilidad de fuga. No la probabilidad de reincidencia. Fue valorable la manera con la cual, Magdalena Ruiz Guiñazú no se quedó petrificada ante tal barbaridad y pudo seguir re-preguntando y dejar en ridículo al juez. “Es lo que dice la ley”, se justificó Aranduez, caracterizando ambigua a su justificación, ya que no deja en claro si Grassi está en libertad porque la ley omite la posibilidad de reincidencia para decidir tal acción o porque los jueces ponen las manos en el fuego por el condenado.

La estupidez toca su techo y continúa fomentando los pilares para un nuevo abuso sexual contra menores, cuando los magistrados deciden que el cura puede visitar la fundación “Felices Los Niños” con un cuidador, que será designado por el abusador. O sea, podría ir con el Bambino Veira si quisiera y no existiría problema alguno. O con amigos afines a los tipos de conducta por las cuales Grassi fue condenado. “Durante el juicio se procedió de esta manera y no vemos razones para no continuar de este modo”, fue la justificación de Aranduez. El juez debe tener fallas en su capacidad de diferenciar los tiempos, sino no se comprende cómo no puede separar dos momentos totalmente diferentes. Por un lado, el juicio en proceso (no hay condena), y por otro, la resolución (hay condena).

Para terminar, me produce suspicacia la siguiente frase, incluida en la resolución, ya que en ella misma se percibe una defensa típica de quien sabe que está diciendo una barbaridad, pero luego la esconde. Copio textual de Página 12:

Los jueces, por unanimidad, consideran probado que lo sucedido “no es ni más ni menos que influir voluntariamente sobre la normal formación del menor para obtener que aceptara estas relaciones homosexuales como si fueran lo que ocurre habitualmente”. Aclaran luego que “no se trata aquí de la libre elección del objeto sexual de cada uno, que de por sí no tiene nada de reprochable y sólo pertenece a la esfera privada del individuo, sino de la influencia de un mayor sobre un menor” que a esa edad tiene “la orientación sexual indefinida o en vías de definición”.

No aclares que oscurece. Es extraña la aclaración con la cual se remarca que lo objetable es la influencia que produce un mayor ante un menor y no la libre elección sexual. Más suspicaces son las frases “normal formación del menor” y la indicación de que se trata de una relación homosexual, que se intenta pasar como “lo que ocurre habitualmente” Quizás, en este punto, sobrepase las interpretaciones, pero no sería raro, ante un fallo tan absurdo como este.

Foto 1: Tomada de Crítica

Foto 2: Tomada de Peregrinos

Foto 3: Tomada de El Adarve

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