miércoles, octubre 7

El disco de la década (2000-2010)

Concluye una década de nombre incómodo (la de los dos mil). Personalmente, finalizan diez años en los cuales mi gusto por la música tuvo un crecimiento impensado. De escuchar especímenes de origen latinoamericano (llámese Ricky Martin, Enrique Iglesias, Luis Miguel, etc.…FM Hit en general), pasé a partir mis oídos y ser receptor de otras melodías. “Para comenzar con algo nuevo hay que destruir lo viejo” leí hace un tiempo. Y bueno, a principio de la década recuerdo que dejé la música románticamente artificial y salté a un disco que un compañero de la secundaria me prestó. Ya, desde un principio me llamó la atención la tapa. Bastante violenta. Se trataba de Antichrist Superstar”, disco de Marilyn Manson.Afortunadamente, mi viraje musical no fue hacia el metal. No obstante, rememoro con cariñ omencionado álbum, ya que se trató del primer paso (entre otros) hacia un nuevo gusto. A pesar de estas consideraciones, no es “Antichrist Superstar” el disco de la década. Por otra parte, tampoco encuadraría en este espacio, ya que se trata de una producción de los “90”. La obra que la considero como la más representativa de estos diez años se lleva mis halagos por distintas razones:

  • Por ser un disco que no deja de sorprenderme e hipnotizarme. Sus tres primeras canciones son de otro planeta. La primeras dos parecieran ser compuestas por un autista que desesperadamente intenta comunicarse con los demás. Estremecen. Y el tercero lleva en sí un riff alocado, disperso, revolucionario diría. Recuerdo el aire que me daba este tema cuando salía de trabajar de una fábrica, en la cual trabaja “de en serio”.
  • Por su último tema. Dan ganas de llorar. Piel de gallina al máximo.
  • Por ser un téster de emoción. Por suerte, hace mucho que no lo escucho en un estado anímicamente bajo, pero los (cientos) de veces que lo he hecho, fue como elevar el dolor y congelarlo. Una droga que encapsulaba toda la desazón y la concentra en sus canciones.
  • Por ser una apuesta radical. Tras entrar en el reconocimiento, gracias a un álbum que estalló mundialmente, el grupo podía haberse asegurado y seguir en una línea más convencional. Pero no fue así. No fueron U2, Coldplay ni otra banda anclada en el tiempo.
  • Por ser la única obra que realmente adoro de esta banda. Los demás LP los escucho pero no con tanta devoción. Quizás por eso, junto con el valor irrisorio de la entrada, no me decidí en ir a verlos en vivo, cuando se presentaron en Argentina.
  • Por ser un disco con una tapa que siempre amé y la llevo impresa en una remera que un amigo la confeccionó con tanta pasión y gusto que es imposible no notarlo al ver la prenda. Esas montañas…
  • Porque su librito es un regalo a quien decide comprar un CD original. En general, esta banda se la juega con el arte de tapa y el contenido. De esta manera, uno adquiere algo más que un CD.
  • Por parir un hermanito menor (otro álbum de similares características) que también se disfruta.
  • PRINCIPALMENTE: Por ser un disco que cuando lo escuché realmente sentía que estaba oyendo algo que nunca había oído. Ya sé que muchos podrán citarme referencias obvias que desconozco. Pero, las dejo a un costado. Me quedo con la sensación de estar percibiendo composiciones sutilmente anárquicas. Un canto autista y enfermizo en algunas oportunidades. Una melancólica comunicación en otras. Sonidos minimalistas y frágiles. Un título/objetivo depresivo e inverosímil para una canción (“Como desaparecer completamente”) En diez años, mi biblioteca musical pasó de tener cientos de temas a disponer actualmente de más de siete mil archivos. Muchas canciones, muchos discos, muchas bandas increíbles. Pero fue este disco el que ocupa un lugar preferencial en esta década que termina. ¿De que álbum estoy hablando? Abajo lo tienen.

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