sábado, abril 4

Aquel querido mes de agosto

Comencé cabeceando, casi duermo. Pero al ser tan larga la película (2hs 27min) me enganché a la hora y pude entender algo. Es interesante la propuesta de Miguel Gomes. Con “Aquel querido mes de agosto” lleva al máximo el juego cinematográfico de realidad-ficción. Gomes filma en Portugal a diversos personajes (realidades) de un pueblo. Cada uno se presenta y tiene una historia para contar. Luego, todos se enredan en situaciones ambiguas, guionadas, espontáneas, naturales y editadas.

Los propios productores y ayudantes del filme aparecen en escenas para licuar los límites entre ficción y documental. Esta sensación extraña y cálida está acompañada de una banda de sonido a veces dulce, otras veces disparatadas, propias de algún programa de Capusotto.

El punto flojo de “Aquel…” es que realidad o no, el guión no atrapa. Y uno termina sonriendo ante las formas, pero se queda a mitad de camino con el contenido.

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