sábado, abril 4

Parque Vía

No hace falta calificar a “Parque Vía” como novedosa, original, fuera de lo convencional. La obra no necesita de una programadora que la infle, caracterizándola como “El nuevo cine mexicano”. El filme no es ningún descubrimiento. Hay cientos de películas austeras, con pocos diálogos y una importante intención por mostrar situaciones cotidianas. Estamos ante un largometraje que uno dice/siente que no pasa nada. O al menos durante un tiempo

Beto es el casero de una mansión que hace 30 años no logra ser vendida. El hombre cuida, limpia y vive en el impresionante caserón. No obstante, él tiene una vida sobria y no utiliza las bondades que la casa ofrece, a pesar de ser un ermitaño nato y que dice disfrutar de su soledad. Beto pareciera no tener aficiones, salvo una, que será clave durante el transcurso del filme.

Tomo una parte de la sinopsis: “[…(Parque Vía) logra trazar una representación muy particular sobre cómo el capitalismo construye cárceles en los lugares más inimaginables”. Es bastante cierta esta descripción, así como también percibí, en menor medida, una coincidencia con La Nana”, en su re-definicición de la palabra esclavitud.

“Parque Vía” es una buena película, por que comprende cómo llevar a cabo un relato pequeño, economizando las palabras y los movimientos. Su director, Enrique Rivero, acierta con la ubicación de escenas cómicas y, principalmente, golpea en dos momentos claves: Al comienzo y al final.

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