sábado, abril 4

Tony Manero

Podríamos estar ante el peor filme (visto) del BAFICI. Si bien este adjetivo le calza perfecto a “Le Premier Venu”, “Tony Manero” hace varios esfuerzos por adjudicarse tal calificativo. Las condiciones son internas y externas a la obra. Por un lado, el largometraje de Pablo Larraín recurre a un humor corporal, bastante desagradable. Su personaje central (Raúl Peralta) es un admirador/imitador del protagonista de “Fiebre de sábado por la noche” (o sea, Tony Manero, interpretado en su ocasión por John Travolta). La comedia en este filme hace foco en los disparatados bailes de Raúl en su intento por emular a su ídolo.

¿Humor made in Tinelli? Algo de eso hay, pero con la diferencia que el imitador contiene una sequedad marcada y una violencia siempre a punto de explotar (quizás, este aspecto sea el único punto rescatable de la película). Su obsesión y consecuente objetivo no posee límite alguno.

“Tony Manero” también hace referencia a una época oscura en Chile. Transcurre durante la dictadura de Pinochet y las escenas dramáticas se centran sobre esta etapa histórica.

No hay más en el filme. Quien tenga una risa fácil e independiente de todo contexto disfrutará de un humor pobre y, en un par de ocasiones, chabacanos.

Existieron dos elementos externos a la película para considerarla como la peor del BAFICI. Primero, es una obra que compite por el premio mayor: Un descalabro. Y segundo, fue una experiencia desagradable asistir a una función en la cual muchos de sus espectadores tenían ganas de comentar a viva voz lo que iba ocurriendo. Frases como “lo va a matar”, “se lo va a robar” y otras fueron escuchadas: Pésimo. Dejo para un post puntual la crítica al espectador de risa fácil, con problemas para relacionar escenas y contextos.

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