martes, marzo 24

In-Edit Cinzano: Kurt Cobain: About a son

Fueron bastantes las películas que pude ver en el festival In-Edit Cinzano. Pero, muy pocas ganas de escribir. Más estando próximo el BAFICI, al cual asistiré en 30 oportunidades. Para al menos dejar una impresión chiquita, puedo decir que:

“A technicolor dream” es una divertida narración sobre la década de los 60´. Con anécdotas, drogas y un poco de estupidez también. Cuenta con un gran enfoque sobre Syd Barret.

“Lord Don´t slow me down” me dieron tremendas ganas de ir a ver a Oasis. Por otra parte, si bien en muchas oportunidades las peleas entre los hermanos Gallagher escasean de espontaneidad, no dejan de ser graciosas.

“Joy Division” me aburrió. No soy un gran admirador de la banda, pero me sentía atraído por la historia trágica de Ian Curtis. Lo peor de este documental es su faceta a-crítica. Abundan comentarios al estilo: “Me cambió la vida”, “Ese disco cambió todo”, etc.….Lo vacío es que esas frases se quedaban en ese estadio. Algo positivo y sorprendente es el mea-culpa de los integrantes de Joy Division/NewOrder, al admitir que se tapaban los ojos ante la caída en decadencia de Curtis.

“The Pixies: Loudquietloud” es un registro de la vuelta de los Pixies a los escenarios. Se hace agradable la película, ya que es una muestra cabal de que los años han pasado y lo que cuesta volver. Los integrantes son sinceros: Vuelven por el dinero. O en todo caso, admiten que el regreso llega en un momento justo. El filme, además de contar con las canciones, parece un reality. Cuatro personas que conviven bajo un mismo sitio, pero hablándose poco y cada uno con su historia. Frank Black con un sobrepeso marcado, Kim Deal en recuperación alcohólica, David Lovering con obsesiones como las pastillas, el alcohol y las bondades de un IPOD y Joey Santiago que mira con el ceño fruncido a las actitudes de Lovering.

“Fearless Freaks: The Flaming Lips” fue una historia extensa y profunda sobre la vida tanto de la banda norteamericana como la de sus integrantes. Las locuras de Wayne Coyne, los inicios caóticos y su posterior paso al pop espacial acaramelado. También hay historias policiales y, particularmente, la recuperación que tuvo Steven Drozd en su adicción a las drogas, tratada sin golpes bajos ni intentando tener un efecto moralizador de segunda. De lo mejor del festival.

“Beastie Boys: Awesome, I fucking shot that” provocó mi huida de la sala. Me gusta la banda neoyorkina. En sus discos, la mezcla de elementos típicos del rock (guitarra, bajo, batería) con otros más cercanos al hip-hop (samplers, vocalización) son una mezcla explosiva. Pero el recital filmado fue una situación muy diferente. Los tres integrantes cantando sus canciones, con un único acompañante arriba del escenario, “haciendo música” con los discos y lanzando samplers. Los primeros minutos fueron tolerables, pero luego se volvió muy monótonas las canciones. Y para peor, las imágenes eran de baja calidad. No hubo historia, no hubo particularidades. Sólo un recital filmado de una calidad precaria y las estúpidas frases de una de las “camarógrafas” hacia el público: “Muévansen, sonrían. Esto es para el dvd”. Lo peor del festival.

Y el documental más logrado fue:

Kurt Cobain: About a son

AJ Schnack sorprende con un documental sobre Kurt Cobain, muy diferente a otros filmes. Cuenta sólo con audios provenientes de una serie de entrevistas hechas entre 1992-93, contadas imágenes del mismo Cobain. No hay temas de Nirvana ni declaraciones de gente cercana a él. Sólo se tiene las palabras del mítico cantante, las cuales son adecuadamente enarboladas, en un magnífico trabajo de producción.

Las frases de Cobain atrapan. Sus sufrimientos, contradicciones, su aparente ideología “indie” son vociferadas con mucha carga emotiva. Podría decirse que el filme es una obra humanista. Si bien, durante el transcurso del largometraje hay menciones al lado artístico de Kurt Cobain, este no es el punto central. El enfoque está puesto en el lado humano del músico: Su infancia poco sociable, una adolescencia que le exigía imaginar formas de supervivencia y una adultez un tanto compleja

“About a son” mezcla las entrevistas con imágenes panorámicas, recreaciones y clips musicales. Y si bien en algunos momentos las canciones reproducidas no encuentran su lugar en el universo grunge, Schnack suma cuadros muy bellos al audio. Con este acierto, “Kurt Cobain: About a son” hace olvidar el hecho de no tener registro visual y musical del líder de Nirvana y enmarca de manera humana (es necesario repetir esta palabra) las bromas, quejas, caprichos de Cobain.

En conclusión, la película es una mirada (o escucha) al interior de Kurt Cobain. Una estructura semi-dramática de la vida de un músico que cargó con muchos dolores, tanto físicos como espirituales.

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