martes, marzo 31

Mami te amo

Este tipo de películas siempre me generan diversas reacciones. Una estudiante de cine y su tesis que es una “investigación sobre el cine”. “Mami te amo” funciona a medias, ya que por un lado es precisa la sequedad y falta de información con la cual una madre, una hija y una amiga son filmadas. Las primeras dos con serios problemas de vista y un transitar difuso, errático.

Elisa Eliash evoca a Robert Wiene y, en muchas tomas, tenemos imágenes ambiguas, confusas, inquietas. Estamos ante la mirada de la madre e hija en cuestión, con sus problemas visuales. Este recurso es válido y suma para llevar a cabo la idea de un aislamiento, un pasar indiferente. Pero termina por irritar cuando la modalidad es repetida y pareciera ser un esfuerzo de la directora por demostrar sus habilidades como cineasta.

La película, de origen chileno, es de ésas que pueden provocar un aburrimiento terrible por la falta de diálogos y por la austeridad de sus personajes. “Mami te amo” también puede incitar a pensar sobre el filme. A enojarse con él. A pensar que la directora es una snob y ególatra al filmar planos que dicen poco. Pero muchas de estas sensaciones pueden quedar suspendidas. Y aparece la duda. En este sentido, la obra merece su respeto ante tal reacción. A pesar de caer en los peores vicios de un filme sobre-preocupado por las formas, “Mami te amo” es un buen relato sobre la vida de tres personajes perdidos en el mundo, con pequeños pedazos de socialización.

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