Seleccionada para la gran competencia, ""Andalucía" es la clásica obra sobre-estimada por poseer dos o tres particularidades sueltas, que si bien son efectivas, no tapan el perceptible hueco que hay en el guión. Yacine es un personaje excéntrico, quién a lo largo del filme, reflejará de diversas maneras su inestabilidad emocional, ya sea dejándose llevar por instintos alocados o permaneciendo inmutable y desairado en otras escenas. Trabajador municipal y de origen argelino, Yacine será el vehículo con el cual "Andalucía" hará foco en las enormes consecuencias culturales que provoca una inmigración, en este caso Francia. La manera de encarar dicho propósito estará caracterizado por una comicidad disparatada, que si bien en general está muy bien lograda, también es dable señalar que tal algarabía, en ciertos momentos, se vuelve ridícula, más bien forzada que espontánea.
A pesar de esta señalización, el destino cinematográfico de "Andalucía" es el punto más flojo del filme. Se tiene a un personaje con varios clishés encima (judío con culpa, de mirada extravagante y actitudes fuera de lo "normal", un voyeur de las actividades humanas, etc...) y no más. Esto no significa que la película dirigida por Alain Gomis carezca de interés, ya que además de las ocurrencias de Yacine, también son preciosos los planos panorámicos filmados en España. Pero un interprete histriónico (los personajes secundarios son fugaces) y algunas tomas desoladamente bellas no pueden sostener un filme durante una hora y media. Esto le ocurre a "Andalucía", una película que contiene gratos momentos, pero que se conforma con ellos y ancla en las estrambóticas tierras que su principal personaje le ofrece.
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