domingo, abril 20

Cão sem dono

Creí que iba a ser un bodrio. Definitivamente, deberían, para el próximo Bafici, revisar la grilla de programación. En otros casos, el yerro fue en lo sobrevaluadas que eran las reseñas. En esta situación, sucede lo contrario. "La vida de Ciro no tiene sobresaltos. Su universo se limita a un par de lugares y un puñado de personas: sus padres, el portero artista del edificio, alguna amante ocasional. Y recientemente, un perro callejero.", dice el comentario.

Si bien es cierto que la vida del protagonista se limita a un puñado de personas, nada más errado decir que su vida no tiene sobresaltos. Lentamente, el largometraje va construyendo los momentos de un joven traductor, llamado Ciro. A pesar de que este personaje da signos de cierta languidez emocional, poco a poco (y con la ayuda de una hermosa mujer, que de ocasional puede tener sólo su primera participación) Ciro va transcurriendo sus días de manera diferente. "Cão sem dono" establece un clima cotidiano, sin llegar a ser familiar, aunque lo lineal del relato llega a su fin en determinado momento, para dejar paso a los instantes dramáticos del filme. Sin ser una película inolvidable, "Cão sem dono" es un reflejo (uno más) sobre los progresos y caídas personales y colectivas que una relación sentimental provoca.

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