En otra oportunidad escribiré sobre el corto francés (de los años 50´), llamado “El Globo Rojo”. Por lo pronto, puedo afirmar que, como bien me sostuvo mi compañero-futuro colega, Alexis Scovena, ningún ser humano puede no provocarle al menos un mínimo de ternura, al ver el mencionado cortometraje.
Pero aquí tenemos otro filme, que toma del antiguo corto simplemente algunas escenas. Una joven asiática es estudiante de cine y, además, niñera, y decide empezar a filmar a el chico que cuida con el afán de realizar una remake de "El Globo Rojo", obra que se centraba sobre la relación de seguimiento entre un niño y un globo.
Si bien “Le Voyage du ballon rouge” se caracteriza por su tono simple y austero, en cierto punto, referida forma deja de ser una elección estética para convertirse en un signo de la intrascendencia del guión. Los sucesos acontecen de manera previsible y lo que no se esperaba, tampoco es fundamental para la historia. Durante toda la película, ningún elemento narrativo genera un clima, ya sea ameno o irritante.
Sobre el final, en el transcurso de los créditos, una rica y tierna escena deja entrever que quizás, la historia hubiese sido más fructífera si el director abandonaba a la inerte estudiante de cine, a cambio de una mirada profunda en los extravagantes y dulce relatos de la madre del niño, quién regala su voz para interpretar a quejosos y imprevisibles títeres.
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