lunes, abril 19

Mary & Max

A priori, la animación stop motion provoca una sensación de realidad tan efectiva que establece un buen comienzo para cualquier historia llevada a cabo de tal forma. No obstante, “Mary & Max” no es elogiable meramente por sus formas, sino que también merece honores por su contenido tragicómico.

El filme de Adam Elliot tiene como protagonistas a una niña y a un hombre. Ambos tienen una vida conflictiva, signada por la soledad y el desamparo. En el caso de Max, estos sin sabores son potenciados por un desorden mental incontrolable. Sus destinos se cruzan cuando Mary decide enviar una carta a un desconocido estadounidense. La elección aleatoria cae en Max, quien contesta la carta inmediatamente. De esta manera, la relación entre ambos crece a través de los años (con sus buenos y malos momentos) por vía escrita.

El filme australiano posee un ritmo admirable, con el cual logra el propósito (siempre arduo) de narrar múltiples ramas de una misma historia de manera profunda y dinámica. De esta forma, “Mary & Max” desborda de momentos cómicos y trágicos, a gran velocidad, y con buenas dosis de humor negro.

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