domingo, abril 11

The Robber

Un anti héroe retratado con mucha sobriedad y poca simpatía. Un ex convicto que en la cárcel utilizó su tiempo para correr (ya sea en el patio o a través de una cinta que le consiguieron) y que, una vez afuera del encierro, utilizará su condición de atleta para continuar su vida delictiva. Al mismo tiempo, tendrá reconocimientos y favores que poco le llamaran la atención, debido a que su idea es fija y determinada. Se trata de un ladrón, llamado Johann, inclaudicable, desproporcionado, invencible. Su vida pareciera tener sentido en los momentos de fuga, allí donde puede poner en práctica su invalorable condición física.

La diferencia del filme de Benjamin Heisenberg con cualquier otra realización similar, es que el director alemán evade cualquier explicación sobre el proceder del personaje principal. Elije centrarse más bien en el accionar seco, calculador (y al mismo tiempo desesperante) de Johann. Existen miradas que intentan hallar una explicación, pero el mismo corredor aniquila cualquier posibilidad de comprensión.

La actuación de Andreas Lust es tan precisa en su frialdad que, al principio, puede provocar ciertos obstáculos para conectarse con “The Robber”. Pero ya con su recorrido en marcha, es imposible no asimilar su causa y sus consecuencias. Inclusive, hasta uno termina simpatizando con nuestro delincuente e impactándose con su final tan “humano”.

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