Una precisa definición de Norteado la leí en el sitio Otros Cines: “Esta película es más valiosa por lo que no es (no es pintoresquista, no es demagógica, no es obvia, no es subrayada) que por lo que es”. Tal cual. La obra mexicana se centra en la vida de Andrés, una joven que intenta una y otra vez cruzar el límite (desértico) entre Tijuana y los Estados Unidos. Mientras falla en su objetivo, el muchacho comienza a relacionarse con dos mujeres, con las cuales comparte trabajo y territorio. El ambiente de “Norteado” es calmo y cansino, así como lo son sus protagonistas, quienes languidecen durante todo el filme, conscientes de estar en una situación desgraciada. Si bien el tono del filme de Rigoberto Perezcano es acorde a la realidad que retrata, lo lineal del relato audiovisual provoca un letargo bastante difícil de ignorar.
Quizás, en su intento de explicitar la problemática social y migratoria de manera sutil, sin acudir a exageraciones ni golpes bajos, Perezcano se pasa al otro extremo narrativo, en el cual las acciones que transcurren se tornan tan cotidianas como insignificantes. Tan “reales” como desinteresadas.
Entonces volvemos al principio del escrito. Que una película se valore más por lo que no es, que por lo que es, representa un problema que se siente durante toda la proyección de "Norteado".
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